La situación en los campos valencianos es insostenible para el sector agrícola que empieza a tener uno de los peores años de producción. El expolio de naranja llega a tal extremo que, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), las pérdidas en 2010 ya se cifran en 15 millones de euros. Lo que supone un 50% más que en el balance de 2009. Algunos agricultores y cooperativas alicantinas empiezan a contratar seguridad privada para vigilar sus cultivos, por su parte, AVA exige una ordenanza -como la implantada en la localidad de Alzira (la Ribera)- para protegerlos de los saqueos, sin embargo, el convenio que debía firmarse con la delegación del Gobierno de la C. Valenciana para aplicarlo a todos los municipios valencianos se ha quedado en el aire debido al cambio de titular. Como consecuencia, el consumidor es el principal afectado: la naranja descartada por no llegar a la calidad exigida para su venta -tanto al consumidor como a la industria de zumos- está llegando a la mesa porque se vende en los mercados a bajo precio. Es el resultado de los robos en los campos. La naranja que ha caído al suelo y se encuentra en mal estado es la de mayor consumo, la otra, más escasa debido a las pérdidas por bajas temperaturas de este diciembre, es más cara y casi un lujo en época de crisis.
El doble en pérdidas
El sector, se siente desprotegido. La ci?fra de pérdidas supone un au?men?to del 50% sobre la estimación realizada en 2009 y la atribuyen a diversas causas, entre ellas, a la "laxitud" con la que tanto el antiguo como el nue?????vo Código Pe?nal ti?pi?fican la delincuencia rural y, sobre todo, a la falta de vigilancia en los campos, "agra?va?????da por la des??coor?di?na??ción existente entre las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Es?ta???do", según se pronunciaba el sector. La pelota, según parece, se encuentra en el tejado de la delegación del Gobierno, "lle?va?mos años es???perando a que la Delega?ción se to?me en serio este problema", lamentaba el presidente de los agricultores, Cristobal Aguado, quien reprocha a la entidad el retraso en la firma de un convenio que intentaba reforzar la vigilancia ya no sólo en los cultivos, sino a través de los transportes. El problema debía acotarse con la normativa que se aplica en la capital de la Ribera, y que es pionera en la C. Valenciana, ya que permite el acceso a la documentación en caso de transportar más de 30 kilos de fruta y hortalizas en cualquier vehículo. Sin embargo, el convenio sigue sobre la mesa, la causa, según suponen desde la asociación agrícola, se debe al cambio de titular en la institución, "con el anterior delegado, Ricardo Peralta, estábamos a punto de firmarlo, ahora ya no hay fecha", expone el presidente.
Fruta "mala" pero barata
El gran problema que deriva de esta situación de inseguridad en los campos afecta al consumidor. Las últimas heladas en los días de navidad han perjudicado mucho a la producción de naranjas. Las pocas que han quedado, alcanzan precios altos en la venta. Sin embargo, los robos no han cesado. Lo que ocurre es que la fruta helada, que es descartada tanto para la venta en fresco como para la industria de zumos, sigue llegando a la mesa a través de su venta en los mercados. Y no sólo llega la que se roba, sino también, aquella que venden determinados productores para seguir teniendo ingresos. El precio es más bajo, y aunque su aspecto, sabor y calidad es muy inferior, el primero decide y se compra. AVA denuncia su venta y advierte de que carece de calidad pero, en tiempos de crisis, el precio manda en los mercados. La situación se repite en todo el territorio valenciano.
Continúan los saqueos en la Safor
Los robos de naranja en los campos agrícolas continuan produciéndose. La Guardia Civil ha practicado más de una decena de detenciones en los últimos meses. Ante la oleada de robos, algunos ayuntamientos han tomado medidas como reforzar la vigilancia, controlar caminos e incluso, como en el caso de Tavernes de la Valldigna, apostar por el cierre de caminos rurales e incluir sólo dos entradas y salidas para acceder a partidas concretas del término agrícola. Esta semana se ha desvelado un aumento de hurtos en Oliva, y los agricultores piden más vigilancia. La Guardia Civil sospecha de la existencia de algún almacén que pudiera comprar la naranja robada a bajo precio en Pego (Marina Alta), informa Sergi Sapena.
Se teme ahora en la Marina
La Marina Alta no está sufriendo con la intensidad de otras comarcas los robos en el campo. Con todo, esta misma semana la Policía de la Generalitat y la Policía Local han intervenido en Dénia 220 kilos de naranjas presuntamente robadas. En Pego, que es el municipio con más hectáreas de naranjos, de momento, no se han producido robos de importancia. Eso sí, se teme que sea ahora, que están en los árboles las naranjas más tardías, cuando puedan actuar los cacos. El concejal de Agricultura de Pego, Andreu Dominguez, confirmó que en las próximas semanas el pleno aprobará una ordenanza para implantar la Guía Conduce. Más que grandes robos, en este municipio sí que se produce algo de picaresca en la actividad de "espigolar" (recoger las naranjas que quedan en el árbol tras las cosecha o que han caído al suelo), informa Alfons Padilla.
La actuación de la Policía culminó hace dos meses con la intervención de unos 1.500 kg de naranjos y aceitunas robados en campos de Agullent y Ontinyent, en la comarca de la Vall d'Albaida, y un detenido con fruta robada, informa Ruth Tomàs.
Alzira, pionera con la normativa
Alzira completa su segunda temporada de aplicación de la Guía Conduce, que permite controlar la circulación de mercancías procedentes de los campos, y el balance es positivo. La alcaldesa, Elena Bastidas, asegura que los robos se han reducido un 25%, y el año pasado disminuyó un 60% la presentación de denuncias por robos en los campos. Es el único municipio de la C. Valenciana que ha convertido en ordenanza el protocolo para el seguimiento de las mercancías por su término municipal. Allá donde no llega el plan de choque del Consell en respuesta a la paralización del convenio de aplicación de la Guía Conduce por el Gobierno de España, son los guardas rurales, la Policía Local y la Guardia Civil quienes se encargan de dificultar las acciones de los amigos de lo ajeno. Municipios como Tavernes, Polinyà de Xúquer o Carlet, han decidido cerrar al tráfico caminos rurales para frenar el robo en los campos. Y en Algemesí se han producido robos por encargo de tipos concretos de fruta. T. JUAN ALZIRA
Alarmas en los campos y más policía en Castelló
La incidencia de la delincuencia en los campos de cultivo ha obligado a la Comunidad de Regantes de Almassora a instalar alarmas en las casetas del suministro de agua por los robos de contadores. El proyecto, valorado en 36.000 euros, funcionará íntegramente este trimestre. El concejal de Seguridad de Almassora, Luis Martínez, ha explicado que la Policía Local tiene establecido un dispositivo de vigilancia y control que se activa durante la campaña citrícola. "El objetivo no es otro que prestar atención a un área que a partir de noviembre registra un tráfico extraordinario con motivo del inicio de la recogida de la naranja", sostiene. En este sentido, los agentes "realizan apostaderos en puntos críticos, enlaces con las principales vías de comunicación y áreas rústicas". En Onda, el tema va peor, "no queda nada en los campos que nos puedan robar", así lo afirma el presidente de la Comunidad de Regantes de la Vila d'Onda, Salvador García, quien sostiene que las heladas han arrasado los cultivos. Hasta tal punto que los pozos de riego que fueron destrozados por el cobre no se han reparado "porque no sale rentable", según argumenta y augura que "la situación agrícola irá a peor durante este año". S. FRUCTUOSO ALMASSORA
Vigilancia privada cada noche
Los temporales de frío y las heladas del pasado diciembre arruinaron miles de alcachofas en Alicante. Las pérdidas de millones de kilos de este producto hacen que ahora las plantaciones más tardías que han comenzado a dar sus frutos y las que no se helaron tengan un elevado valor en el mercado, lo que provoca la proliferación de grupos organizados que las roban para su venta en el mercado negro a bajo precio. Los asaltos en huertas y campos de la comarca son constantes, lo que ha hecho que numerosos agricultores pasen la noche vigilando sus tierras y, en otros casos, se ha tenido que recurrir a la seguridad privada, ya que a pesar de su coste "sale más barato que sufrir robos", explica Bartolomé Ramírez, director técnico de la Sociedad Agraria de Transformación Olé de San Bartolomé, cuyas fincas están siendo constantemente asaltadas. Los costes de los servicios de vigilancia contratados por esta SAT se elevan a 11.000 euros al mes, indica Ramírez. Los precios de venta de la alcachofa en origen oscilan entre 1,5 y 2 euros el kilo. En los mercados su precio casi se triplica. E. DE GEA ALICANTE
Se codicia en el campo el cobre
El robo de cosechas no es en estos momentos lo que más preocupa a los agricultores de El Camp de Morvedre. Aunque se han dado casos y también se ha recuperado fruta sustraída, los asaltos para obtener cable de cobre y cualquier metal de valor son lo que realmente les lleva de cabeza, pues los ladrones no sólo destrozan pozos de riego. Se llevan contadores, arquetas, puertas, instalaciones de goteo, cadenas y hasta candados, como destacaban desde la Asociación de Agricultores saguntinos (AVA-Ascosa). "Esto es tremendo. Cada vez va a peor. Ahora cogen de todo y causan daños desorbitados para llevarse cosas que igual valen dos euros", comentaba el presidente de la entidad, Francisco Campillo. El balance de 2010 no ofrece lugar a dudas. En ese año, los robos de este tipo aumentaron un 50 % respecto a 2009, según datos de la asociación. Sin embargo, aseguran que la cifra de denuncias se ha rebajado, simplemente, porque el sector está desmoralizado. "Sólo vale la pena para cosas que te cubre el seguro. Si no, es más la molestia porque no consigues nada", decía Campillo. Lo peor es que la reparación de los daños suele ser mucho más costosa que lo sustraído. M. ARRIBAS SAGUNT
Vallas verdes y más control
Las principales denuncias de robos se han producido en las zonas agrícolas del Parc Natural del Túria. Agricultores y ecologistas denunciaron que el aumento de visitantes, en miles de personas cada fin de semana, que ocupan en caminos y espacios, a raíz de la declaración de parque natural y de la inauguración del Parc Fluvial del Túria -un largo itinerario para la práctica de deporte- han multiplicado los robos de naranjas y mandarinas. Por ello, la dirección del parque natural ha pedido que se autoricen los vallados verdes en los campos, actualmente prohibidos por la regulación del espacio natural y se estudia la viabilidad legal de la medida porque los robos "suman miles de naranjas cada fin de semana". En Aldaia, el consistorio instala actualmente un vallado metálico de siete kilómetros que rodeará la huerta protegida para evitar los robos y motivar a los dueños de los campos a volver a cultivarlos. En la medida se han invertido 630.000 euros que no ocultan el paisaje pero evita la entrada. El vallado abarca una superficie de 163 hectáreas y tiene 125 puertas de acceso a los campos y 44 entradas a los caminos
FUENTE: www.levante-emv.com