Sin hacer prisioneros y disparando a matar. Esas son las instrucciones de los 33 ex marines que viajan a bordo del McArthur, un antiguo buque de investigación oceánica reconvertido en patrullero, que desde hace casi dos años navega por el Índico a la caza de piratas. Pertenece a la compañía estadounidense Xe Services, la mayor empresa de seguridad privada del mundo, que ofrece sus servicios de escolta y asalto a los armadores de los navíos que se atreven o no tienen alternativa a cruzar las aguas más peligrosas del mundo.

Xe Services es el nuevo nombre de Blackwater, la empresa contratada por el Gobierno de George W. Bush para realizar tareas paramilitares tras la ocupación de Irak en el 2003, y que tuvo que abandonar el país, sustituir a su cúpula directiva y cambiar su nombre, para lavar su imagen tras varias denuncias de asesinatos injustificados de civiles iraquíes desarmados.

Con Bush, Xe Services obtenía de Washington el 90% de sus contratos, una situación que se truncó con la llegada de Obama, que ha obligado a la firma a buscar nuevas oportunidades de negocio. Y el auge de la piratería en el Índico, donde solo en lo que va de año se han producido 85 ataques y donde más de medio centenar de barcos permanecen secuestrados, se las ha ofrecido. Claro que a Washington le preocupa que puedan repetirse incidentes indeseados en un entorno sin ley y tan complicado o más que en Irak.

Así lo desvela un cable enviado a Washington en febrero del 2009 por el embajador de Estados Unidos en Yibuti, James C. Swan, apenas tres semanas después de la toma de posesión de Obama. El telegrama figura en el listado de miles de comunicaciones diplomáticas clasificadas o secretas publicadas recientemente por la web Wikileaks.

«Fuerza letal»

«BW [la firma todavía no se había rebautizado y el embajador abrevia su nombre] no tiene intención de mantener a los piratas en custodia, pero usará la fuerza letal contra ellos si es necesario», advierte Swan. El diplomático también alerta de que el responsable de la compañía en África, Emmet Downey, le ha transmitido que «el derecho marítimo internacional» permite disparar a matar a los criminales. «BW reconoce la necesidad de respetar las obligaciones humanitarias internacionales, pero nos preocupa, por ejemplo, si se prestaría a ayudar a piratas heridos si ello pusiera en peligro su capacidad para proteger a sus clientes».

El McArthur es un navío de 56 metros de eslora que dispone de espacio para el aterrizaje de dos helicópteros. Pero, según Swan, la empresa los considera «demasiado caros» y por eso solo lleva a bordo un avión de vigilancia no tripulado. También porta ametralladoras de cincuenta milímetros, las mismas que usan muchos de los navíos de guerra que navegan por la zona.

200.000 dólares por viaje

Xe Services no ha hecho público si ya tiene o no clientes en el Índico, y tampoco dice cuánto cobra por sus servicios, ya sean de escolta o de asalto. Pero el cable del embajador asegura que el buque y su personal tienen capacidad para escoltar y defender convoyes de tres naves, y que cada uno de esos viajes, según la propia empresa, tiene un coste estimado de unos 200.000 dólares -unos 150.000 euros .

De los 33 tripulantes del McArthur, todos estadounidenses, dieciocho forman parte de los equipos de asalto. Son tres grupos de seis hombres, que «trabajan de manera continua en turnos de ocho horas» y rotan «cada sesenta días».

En previsión de «contingencias médicas», Xe Services ha firmado también un acuerdo con Inchcape, una agencia de servicios marítimos con sede en Londres, a través de la cual sus empleados en Yibuti tendrán acceso al hospital de la base militar francesa en el país.

FUENTE: www.lavozdegalicia.es