El servicio de vigilancia en el conjunto de San Francisco lo prestó durante los últimos años una empresa de seguridad privada, cuyas facturas eran abonadas por la constructora a la que a finales del año 2008 se adjudicó la ejecución de obras de emergencia para frenar el deterioro y evitar el riesgo de ruina.
El control de la zona se prolongó desde entonces con carácter permanente e ininterrumpido. El acceso a la zona quedó restringido y en todo momento había una persona uniformada para advertir de la situación.
Estricto control
Los pleitos entre el Ministerio de Cultura y la sociedad a la que inicialmente se había concedido la ejecución de las obras, con advertencias judiciales que limitaban las actuaciones a labores de urgencia, aconsejaron extremar la vigilancia con el fin de mantener el conjunto bajo estricto control. Y así se hizo.
La presentación del nuevo proyecto, que permitirá finalizar unas obras que comenzaron a principios del año 2004 y se paralizaron en la primavera del 2006, ha puesto fin a la etapa de transición que en enero del 2009 tuvo a Copasa como responsable de las obras de emergencia ya rematadas.
Obras en el 2012
El empuje final a la recuperación de San Francisco requiere tiempo. Pese a que el trabajo de los arquitectos Xosé Manuel Casabella y José Luis Martínez Raído está prácticamente rematado, únicamente pendiente de ajustar detalles con los servicios técnicos del Ministerio de Cultura, la adjudicación efectiva de las obras se podrá hacer a finales del año 2011, de acuerdo con las estimaciones que la Subsecretaria de Cultura ofreció a finales del pasado mes de noviembre. De cumplirse los plazos y resolverse durante este año el concurso para adjudicar estas obras, en el año 2012 podrían reanudarse para su remate.
Responsabilidad pública
El reforzamiento de la seguridad en este conjunto monumental, o la contratación de un servicio de vigilancia, pasa ahora a ser responsabilidad de la administración central, en calidad de responsable tanto del claustro como del conjunto donde se construirá el Archivo Histórico Provincial y la Biblioteca Pública del Estado en Ourense.
FUENTE: www.lavozdegalicia.es