El 48% de los contratos laborales que se firmaron en Galicia en enero pasado correspondieron a trabajadores sin cualificación o a empleados del sector de la restauración hostelera, el comercio y la seguridad privada. Así lo reflejan las cifras del paro registrado en el primer mes del año, que describen un mercado laboral frágil que se sostiene fundamentalmente sobre la mano de obra poco formada, y que mantiene una sorprendente relación inversa entre el nivel de titulación académica y profesional de los trabajadores y sus posibilidades reales de encontrar ocupación.
Según las cifras de los servicios públicos de empleo, en enero pasado se firmaron en Galicia 52.307 contratos de trabajo, de los que 12.662 (un 24%) correspondieron a mano de obra sin capacitación, y 12.034, a personal de establecimientos comerciales y de restauración y a servicios personales y de seguridad.
Entre esas dos grandes categorías ocupacionales suman más del triple de los contratos del mismo período para operarios de la industria; seis veces los de los administrativos; otras tantas los de técnicos y profesionales científicos e intelectuales, y veinte veces los de los trabajadores cualificados de agricultura y pesca.
Tópico
El tópico de Galicia como país de camareros y tenderos es sin duda una exageración, pero sirve para explicar la situación de su economía, con graves dificultades para consolidar un tejido productivo sólido, fundamentado en la innovación y el desarrollo tecnológico e industrial y que, por lo tanto, demande profesionales con capacidades adecuadas a esas necesidades.
Lo cierto es que las empresas gallegas no buscan currículos plagados de títulos y elevadas cualificaciones, sino trabajadores capaces de cubrir sus necesidades básicas coyunturales realizando actividades simples y para las que no se requiere una especialización determinada.
Lo demuestra un vistazo a la demanda en Internet de las empresas de trabajo temporal. Hay pocas ofertas para informáticos, técnicos en electricidad, gestores con idiomas o peritos de cualquier rama. Abundan, sin embargo, las de operadores de telemárketing, comerciales puerta a puerta, vendedores de comercio, tenderos, reponedores, mozos de carga y personal para bares y restaurantes.
Así lo certifica Randstad, una de las mayores empresas de trabajo temporal que operan en Galicia, y cuyos responsables enumeran, por este orden, los perfiles laborales más solicitados por sus clientes: dependientes de comercios del sector textil, camareros, personal de limpieza y mantenimiento de hoteles, operarios de automoción y peones industriales.
Esa preeminencia de la oferta laboral con escasos requisitos puede explicar la elevada precariedad del empleo gallego (el 85% de los contratos de enero son temporales). También para encontrarle sentido a la evolución del paro en los últimos tres años, si se mide la variable por el nivel de formación de quienes demandan un puesto de trabajo.
Universitarios
Entre enero del 2008 y el mismo mes del 2011, el desempleo creció en Galicia un 52%. Pero si en el grupo de población activa con titulación de enseñanza obligatoria el incremento fue del 39,7%, y de un 54% en el de quienes ni siquiera han completado estudios básicos, entre los titulados universitarios la subida superó el 70%, y entre los trabajadores con titulación de Formación Profesional, el 68%.
FUENTE: www.lavozdegalicia.es