Los mandos militares asumen que la piratería va a ser un fenómeno delictivo de larga duración porque hay muchos grupos interesados en su pervivencia: piratas, intermediarios, aseguradoras, compañías de seguridad o señores de la guerra. Sobre esta base consideran que la solución no sólo debe ser militar, sino que requiere una respuesta integral en tierra.
La operación Atalanta y la seguridad privada en los atuneros ha evitado nuevos alakranas, pero no ha disuadido a los grupos piratas de seguir con su actividad criminal. Sólo desde marzo la Armada ha notificado siete incidentes con piratas.
Un reciente informe del Instituto Elcano señalaba que, a corto plazo, no se temía que los escarceos entre los grupos piratas y las fuerzas navales derivaran en un enfrentamiento armado. Pero existe el temor a una escalada de la violencia.
FUENTE: www.diariodeleon.es