De puertas hacia dentro, José Mourinho volvió ayer a reiterar en el club su conformidad con lo logrado hasta el momento en lo deportivo, mientras volvía a protagonizar el enésimo enfrentamiento interno, esta vez desafiando a los servicios médicos.
El portugués cree que luchar con el Barcelona actual, con las ayudas que recibe por parte de los árbitros es imposible, de ahí que hace tiempo que renunciara a la Liga, centrando todo en la Champions y en la Copa. En la zona noble no ha sentado bien esa declaración de objetivos cumplidos, pero saben que todo puede cambiar el próximo 20 de abril, en caso de ganar un título que se resiste desde hace dieciocho años.
Todavía queda lejos la final copera, y para hoy el técnico ha decidido tirar de todo el arsenal posible. Y lo hace en contra de la opinión de los médicos, que creen que tanto Cristiano Ronaldo como Marcelo no deberían jugar, pero el entrenador y los jugadores quieren arriesgar. En especial el portugués, que ya repitió la escena ante el Lyon, jugando sin estar plenamente recuperado de la lesión que sufrió ante el Málaga. Aunque sea un instrumento mediático, y técnico y médicos hayan pactado la vuelta de ambos jugadores, nunca es de recibo saltarse al único estamento totalmente objetivo de un club de fútbol, el cuerpo médico.
Mou también ha buscado el efecto anímico. Y lo ha encontrado en Kaká, que sorprendentemente entró en la lista de convocados sin haber entrenador con el grupo en el último mes. El ex del Milan vuelve y lo hace sin estar al ciento por ciento. Igual ni se viste, pero el entrenador cree que su presencia ayudará como lo hace la de Zidane, ex jugador y ahora ayudante de Florentino Pérez y Mourinho por igual.
Gran dispositivo para calmar a 3.000 hooligans sin entrada
En las horas previas preocupan los aficionados ingleses. Alto riesgo. Así ha sido calificado el Real Madrid-Tottenham de esta noche en el Santiago Bernabéu tanto por la delegación de Gobierno como por la Comisión Nacional Antiviolencia. Y esa definición está más acertada que nunca, ya que los grupos ultras de uno y otro equipo son antagónicas al máximo. La ideología nazi del grupo ultra del Real Madrid, contrasta con la marcada tendencia de izquierdas de los ultras del club londinense. Es más, en la grada del White Hart Lane nació el movimiento 'Anti Nazi League' creado porJohn Deason, miembro del Socialista Workers y seguidor de los Spurs. El grupo nace para luchar contra el grupo 'National Front', de marcada ideología de extrema derecha. Pues bien, los miembros de la llamada 'Anti Nazi League' estarán hoy en Madrid para animar a su equipo y plantar cara a los ultras blancos.
Al margen de los seguidores ultras y de los posibles enfrentamientos (entrarán al estadio dos horas antes y no saldrán de su ubicación en el fondo norte hasta pasados sesenta minutos del término del choque), la preocupación policial se centra en los 3.000 seguidores que llegarán a Madrid sin entrada y con clara intención de entrar al Santiago Bernabéu de la manera que sea y al precio que sea, tal y como sucedió en 2009 con motivo de la visita del Liverpool al Bernabéu. En aquella ocasión, cerca de 2.000 seguidores llegaron a Madrid sin entrada pese a las recomendaciones de no hacerlo y forzaron al máximo para acceder al estadio con avalanchas en las puertas. La técnica se ha convertido en algo habitual en todos los desplazamientos en Europa de los equipos de la Premier, en especial cuando llegan a rondas decisivas, como son los cuartos de final que se disputan hoy. Además, se da la circunstancia de que la policía inglesa ha detectado que otros 1.400 seguidores han comprado entrada a través de internet, lo que significa que estarán fuera de la zona acotada para los seguidores de los Spurs.
Los seguidores del Tottenham que llegarán a Madrid con su correspondiente entrada serán 3.602, cantidad que el Real Madrid ha dado al club londinense y que corresponden al cinco por ciento del aforo total y que marca la UEFA como cortesía para el equipo visitante. El grupo radical, con unos 300 miembros fichados, llegará controlado y en ningún momento tendrá libertad de movimientos. El problema que suelen llevar consigo los equipos ingleses es que muchos de sus seguidores mutan su actitud en cuanto pisan la ciudad en donde su equipo va a disputar el partido. El alcohol suele ser el peor enemigo de la convivencia con la afición rival. El añadido para esta ocasión no es otro que la rivalidad ideológica entre ultras y hoolligans.
La Delegación del Gobierno coordinará el dispositivo de seguridad que garantice el normal desarrollo del partido y que lo integran efectivos del Cuerpo Nacional de Policía con sus respectivas Unidades de Intervención Policial (UIP), caballerías, motos, guías caninos, radio patrullas y helicópteros, además de agentes de la Policía Municipal y de la propia seguridad privada del estadio. El dispositivo de seguridad, en el que también participan los servicios sanitarios y asistenciales de Cruz Roja, Samur y Protección Civil, se mantendrá operativo antes del comienzo del partido, durante su celebración y una vez finalizado.
FUENTE: www.elconfidencial.com