Los trabajadores se quejan de la mala gestión que la seguridad privada realiza al recibir a los visitantes en carpas, provocando colas y aglomeración de equipajes
Cada vez son más los turistas de cruceros que llegan a la capital. Sin embargo, la Policía Portuaria se queja de que el recibimiento no es en muchos casos el más adecuado para este tipo de visitantes que cada día tiene un mayor peso en el turismo malagueño. "Pese a que el puerto dispone de una estación de 8.000 metros cuadrados, la seguridad privada recibe a los turistas en una carpa en el aparcamiento exterior, lo que acaba provocando colas y aglomeración de equipajes", afirmó José Antonio Triviño, representante de UGT en el consejo de administración del puerto.
La Policía Portuaria critica la mala gestión que la seguridad privada está llevando a cabo y, para ello, ha creado la plataforma ciudadana Málaga defiende su tráfico de cruceros. Triviño, portavoz de esta plataforma, indicó que "se hizo una inversión pública de más de 30 millones de euros para esta infraestructura y el interés económico de la empresa que gestiona este servicio está poniéndolo en riesgo".
Asimismo, Izquierda Unida presentó una moción al Gobierno central que garantice la prestación pública del servicio de seguridad en todas las instalaciones portuarias. "El Ejecutivo central debe decir si prefiere que las grandes empresas de gestión de cruceros sean las que impongan sus reglas o si van a garantizar la seguridad pública", indicó Pedro Moreno Brenes, portavoz de IU.
Por otra parte, la empresa concesionaria, al igual que ya hizo en Barcelona, quiere imponer una tasa de 0,45 céntimos de euros a los viajeros. Una medida que se iba a aplicar desde el 1 de julio, pero que se ha pospuesto hasta octubre. "Si la Estación Marítima de Levante ha sido sufragada con dinero público por qué se entrega, atada de pies y manos a la gestión privada para que al final la exploten hasta que el negocio no sea el de los cruceros, sino la tarifa de seguridad, que ahora puede ser de 0,45 céntimos, pero que puede ser de un euro o de tres. Esto puede provocar que los pasajeros de barcos opten por otras ciudades alternativas", añadió.
Triviño, por su parte, lamentó que se esté jugando con la seguridad y se pretenda establecer un negocio en detrimento de las normas internacionales de seguridad, que se están incumpliendo. "El tráfico de cruceros no es exclusivamente portuario, es de la ciudad porque beneficia a los comercios, a los restaurantes, a los coches de caballos, a los guías turísticos y tenemos que cuidarlo todos", concluyó.
FUENTE: www.malagahoy.es