Han cambiado el farol y el capote por la linterna y un uniforme identificativo, pero su misión sigue siendo la misma. Ahora en lugar de un manojo de llaves van equipados con un potente radioteléfono y patrullan las calles como lo hicieran hace más de 150 años sus antecesores en el puesto. Se trata de la figura del sereno de barrio, que regresa a las calles de Baleares actualizada y ,de la mano de una compañía de seguridad privada, para dar respuesta al aumento de robos que se está produciendo por la crisis.
La llegada de los porteros automáticos allá por los años 70 supuso su desaparición pero ahora regresan reinventados y dispuestos a recuperar una de las estampas históricas más características de nuestras calles, la del sereno rondando por el vecindario. La iniciativa surge de la empresa Mevisa y el objetivo es recuperar y adaptar su histórica figura a nuestra sociedad actual para incrementar la prevención de los robos en los hogares y negocios de Mallorca.
Para conseguirlo, la empresa ha creado el Servicio Sereno, que a diferencia de las labores de antaño de estos profesionales, combina medios de seguridad electrónicos con vigilancia presencial. Según explica Manuel Jiménez, del departamento de Márketing, la idea es "una clara apuesta por la prevención ante el aumento de la inseguridad". El servicio, que de momento solo funciona en algunas zonas de Mallorca (sobre todo en Palma, el extrarradio y Cala Millor) consiste en una serie de rondas nocturnas de esta nueva clase de serenos que sirvan de "prevención y disuasión" ante posibles actos delictivos.
En este sentido, Jiménez asegura que el principal punto en común entre el antiguo oficio de sereno y este nuevo servicio es la prevención. "No es suficiente con actuar cuando los hechos se han producido, sino que es básica la anticipación y la disuasión" afirma.
Rondas nocturnas para vigilar comercios y hogares
Los empleados del Servicio Sereno -al igual que sus históricos antecesores- desarrollan su actividad de las ocho de la tarde hasta las seis de la mañana y durante ese tiempo realizan dos rondas nocturnas por las calles y barrios cuyos comerciantes y particulares han contratado este servicio con la empresa. Al contrario que antaño, el vigilante en cuestión va equipado con las más modernas tecnologías. Se mueve por la zona con un vehículo equipado con extintores, radioteléfono, emisora, GPS y botiquín de primeros auxilios.
"El vigilante va en coche a la zona y pasa por los establecimientos para comprobar que todo está en orden pero si hay varios en la misma zona, hace la ronda caminando", asegura Jiménez al tiempo que hace hincapié en que este servicio, que lleva tres meses en funcionamiento, también incluye la intervención: "El vigilante no sólo acude cuando salta una alarma, sino que mientras dure su ronda, realiza visitas a cada uno de los establecimientos que le han contratado". Para poder disfrutar de esta nueva modalidad, el cliente debe tener también contratada una alarma con la empresa.
Una de sus principales ventajas es la versatilidad, dado que no se trata sólo de garantizar una adecuada vigilancia presencial nocturna sino que ofrece la posibilidad de combinarlo con sistemas de videovigilancia o sistemas antirrobo. Para evitar la rutina, los vigilantes van alternando las rutas y los horarios de las rondas de forma que nunca pasan por el mismo sitio a la misma hora.
Aunque de momento el servicio solo está disponible en Mallorca, los responsables de la compañía están muy satisfechos con la acogida que ha tenido entre sus clientes. "Tiene muy buena aceptación y estamos recibiendo llamadas de otros puntos de España interesados en instaurarlo", sostiene Jiménez. La empresa se está planteando ya extrapolarlo al resto de Islas -ya hay clientes de Formentera interesados- y donde está previsto que comience a funcionar en breve es en Granada.
FUENTE: www.elmundo.es