Policía dejará de encargarse de la seguridad interna de los estadios
Clubes deben aplicar el derecho de admisión para evitar los problemas
El Ministerio del Interior pretende que al final del actual período de gobierno la Policía deje de participar en los operativos de seguridad interna de los estadios de fútbol, y que sean los clubes quienes se encarguen de la tarea con su seguridad privada. Así lo indicaron a El Observador fuentes de la cartera, quienes señalaron que la presencia policial puede considerarse como un incentivo a la provocación.
Las fuerzas policiales tienen a su cargo por disposición constitucional la seguridad exterior de los estadios pero no la preservación de la paz pública dentro de los escenarios deportivos. La fuente del Ministerio del Interior dijo que se trata de “espectáculos privados” y que por tanto son los clubes quienes deben encargarse de la seguridad.
Esto ya ocurre en el básquetbol, donde el servicio de seguridad es mixto, con personal contratado por los clubes y efectivos policiales. También en el Parque Central se pueden ver guardias privados vestidos de traje negro y con equipos de comunicación en los oídos, a través de los cuales reciben información sobre personas sospechosas o que estén provocando disturbios.
Además, el hecho de que la Policía se tenga que ocupar también de la seguridad interna de los espectáculos genera problemas cuando hay otros eventos que requieren servicios de seguridad. Tal es el inconveniente que se planteará entre el 13 y el 21 de marzo, cuando los efectivos policiales se concentrarán para brindar seguridad a los 3.500 visitantes –entre ellos 200 autoridades– que recibirá Montevideo por la 53º reunión anual del BID. Las autoridades policiales plantearon que no podrán destinar funcionarios a los partidos que se disputen por el Torneo Clausura y plantearon que se suspenda la fecha (ver suplemento Deportivo, página 3).
Derecho de admisión
El Observador informó ayer que la Dirección Nacional de Información e Inteligencia tiene identificados a diez grupos de barras bravas de fútbol y a sus líderes.
Sin embargo, permitir o no el ingreso de quienes integran esos grupos y participan de hechos de violencia no es resorte de la Policía, sino de los clubes que son los que tienen el derecho de admisión. Las autoridades policiales aseguran que eso se aplica en contadas ocasiones.
El encargado de prensa de la Jefatura de Policía, José Luis Rondán, explicó a El Observador que Inteligencia infiltra a policías de particular en las barras bravas y así obtiene datos de éstas. “Se podría ahorrar tiempo si directamente los clubes aportaran datos de estas personas”, indicó Rondán, quien estimó que esto no es fácil porque los equipos tienen que “mandar al frente” a “gente de la casa”. Lo mismo se sostiene desde el Ministerio del Interior.
“Hay un principio que dice que el mejor lugar para la mosca es arriba del matamoscas. Si prohibimos la entrada de hinchas violentos a los partidos, no podemos evitar los incidentes afuera y las muertes han tenido lugar fuera de las canchas”, sostuvo Rondán.
Según el protocolo de actuación para eventos deportivos, la Policía tiene la potestad de prohibir el ingreso a los estadios de personas que hayan participado en episodios violentos o que hayan sido procesadas.
A su vez, los clubes están obligados a denunciar a la Policía los hechos de violencia de los que tomen conocimiento y a sus protagonistas.
¿Quién creó el cántico?
Desde Jefatura se informó que se investiga quién fue el autor de la letra del cántico que comenzó a sonar con fuerza en la barra brava de Nacional en este Torneo Clausura, donde se reivindica la muerte del hincha aurinegro Rodrigo Aguirre y se amenaza con provocar otra muerte.
Ese cántico podría ser considerado apología del delito por exalt ar un hecho criminal como es el homicidio. Los jueces Julio Olivera Negrín y Pablo Eguren señalaron a El Observador que nunca se denunció ni se detuvo a nadie por los estribillos que entonan las hinchadas en los partidos. No obstante, coincidieron en que, si se consideran estos cánticos como incitación a la violencia o amenaza, debe ser el club que se siente agredido quien formule una denuncia o el juez penal de turno puede intervenir de oficio.
Olivera Negrín es ministro de un tribunal penal y dictó varios procesamientos por incidentes en espectáculos deportivos, en tanto Eguren detuvo de oficio a jugadores de Peñarol y Nacional por una riña entre ambos en la cancha
FUENTE:El Observador