Discreción, coches, caza y seguridad: así es Aristrain, el objetivo número uno de Hacienda
El industrial procesado por 100 millones de fraude fiscal vive bajo el radar sin llamar la atención. En 2012 alegó ante un juez que no podía pagar ni una comida por el embargo de sus cuentas
José María Aristrain de la Cruz es un nombre que a la mayoría no le dice nada. Pero para la Agencia Tributaria es un caso especial, el hombre al que persigue desde hace una década y al que acusa de 100 millones de fraude fiscal, una cifra insólita para una sola persona. Aristrain, una de las mayores fortunas de España, lleva toda su vida huyendo de los focos, sin acudir a actos públicos, obsesionado con la seguridad. Ocupa su tiempo en sus negocios -es de los principales accionistas de ArcelorMittal-, la caza, su colección de 40 coches de lujo y su motora de 30 metros. Así es el objetivo número uno de Hacienda.
El 7 de noviembre de 2012, el juzgado de instrucción 3 de Sevilla acoge una declaración por impago de la pensión en un divorcio. Una de tantas. El acusado, que entonces tenía 50 años, está denunciado por llevar ocho años sin pasarle la pensión a su exmujer. Muchos no reconocen a Aristrain. Allí admite que el dinero no es una de sus preocupaciones. “Que no sabe sus ingresos porque no cuenta su dinero, tiene muchas empresas y pierde y gana en bolsa. Que no recuerda sus ingresos desde que nació, que no le preocupa”, se lee en su declaración, a la que ha tenido acceso El Confidencial.
Aristrain justifica que no haya pagado la pensión a su exmujer en el último año “por un embargo de un juzgado de Pozuelo”, que “le tiene paralizadas tanto sus cuentas como las de sus sociedades”. “Estaría encantado de pagarle pero no le deja el juez”, añade. El embargo es el que en 2006 dictó el titular del juzgado de instrucción 4 de Pozuelo, cuando la Fiscalía le denunció. El industrial sostiene que “a sus gastos habituales hace frente gracias a su actual esposa”. Sí admite que “evidentemente mantiene cuentas bancarias en Suiza” y que estas “no las tiene embargadas porque ninguna autoridad española lo puede hacer”. Cuando le preguntan por cuánto gana, no duda en presentarse como un hombre austero: “Que actualmente no tiene capacidad económica puesto que el embargo hace que no pueda pagar ni una comida”.
Tras un largo periplo judicial, Aristrain y su exesposa, la sevillana María Palma Polonio, una excantante y periodista sevillana, llegaron a un acuerdo. Pero la declaración da algunas claves sobre la personalidad de Aristrain, alguien capaz de combinar una enorme fortuna con el ahorro de la pensión compensatoria y que afirma que no puede pagar ni una comida. Ni María Palma ni Aristrain han querido hablar para este reportaje.
No es el único frente familiar que le ha llevado a los tribunales. El 9 de julio pasado, la fiscalía de Madrid pidió para él cuatro años de cárcel por un delito de alzamiento de bienes. Según la acusación, su primo José Joaquín simuló que le vendía el 25% de las acciones que tenía en la empresa de transportes que compartían, llamada Transdubaris. Lo hizo en 2010 por un euro y la acusación cree que así el primo evitó pagarle a su hermana 808.182 euros de una herencia.
La defensa de Aristrain sostiene que es absurdo, que la empresa de transportes estaba en ruinas y que compró las acciones para limpiarla. La prueba, afirma, es que poco después de comprar las acciones, Aristrain tuvo que hacer una ampliación de capital de dos millones de euros y que ese sería el precio de la compra. Aseguran que la prima le implica porque sabe que así tiene posibilidades reales de cobrar. La acusación de la prima insiste en que simularon la venta para que esta no viera un euro de la herencia de su padre.
El caso aún tiene recorrido pero, como los otros, deja una pregunta en el aire: ¿por qué una persona con tanto dinero prefiere afrontar problemas judiciales antes que pactar con Hacienda, pagar la pensión a su exmujer o ventilar un problema de una herencia de una prima? Para intentar entender su figura hay que retroceder una generación y subir al País Vasco más duro. Su padre, José María Aristrain Noain, es una figura de leyenda. Nacido en Argentina, llegó de pequeño a Ordizia (Gipúzcoa), de donde procedía su familia. Montó un negocio de chatarra y en 1955 fundó la fundición JM Aristrain SA, en Olaberría. Posteriormente, inauguró plantas de fundición en Madrid, Valencia y Barcelona. Ya había fundado la corporación José María Aristrain, uno de los grandes grupos del acero.
En 1962 nace en Annemase (en Francia pero muy cerca de Suiza) su hijo José María, y más tarde lo hará su hermana María Ángeles. La familia Aristrain tiene fama de no haber cedido al chantaje etarra, de haber sobrellevado los años de plomo del País Vasco a base de escoltas y mucho valor. En 1980, cuando Hacienda hizo públicas por primera vez las declaraciones de la renta, es el segundo hombre más rico de España, con 6.618 millones de pesetas, solo por detrás de José María Ruiz-Mateos, con el que le unía una buena relación. José María Aristrain padre ayudó a levantar la Universidad de Navarra. En mayo de 1986, Aristrain padre fallece en un accidente de helicóptero cuando sobrevolaba la Costa Azul. Los 1.800 empleados de la corporación pararon en señal de duelo. Aristrain hijo tiene solo 24 años, es licenciado en derecho, sabe idiomas y hereda un imperio.
A finales de los ochenta, conoce a María Palma, una joven cantante sevillana, hija del crítico taurino José Palma. Se casan poco después y tienen tres hijos. Siempre con discreción, disfrutan de su enorme fortuna. Aristrain amplía la finca familiar de Valdepuercas (Cáceres), que actualmente supera las 15.000 hectáreas. Es uno de los mayores latifundios de España y donde tiene una reputada yeguada.
En 1990 compran la ganadería de toros bravos Aguadulce (que en 2003, cuando se separan, pasa a ser “herederos de don José Aristrain de la Cruz”). Ese mismo año, Aristrain sufre uno de los sobresaltos que explican su obsesión por la seguridad. El 2 de marzo de 1990, la policía descubrió en Valdepuercas un zulo en el que oficialmente ETA pretendía esconder a cinco presos que quería liberar con un helicóptero pintado de la Cruz Roja del centro penitenciario Sevilla II. El zulo fue excavado en un bosque de eucaliptos de la finca. La prensa calificó el plan como "rocambolesco". La familia sospechó que podía servir para secuestrar al industrial. La seguridad es algo más que una prioridad. Aristrain viaja rodeado de dos coches con guardaespaldas. Nunca abre un maletín y pide a sus empleados que miren el contenido antes de acercarse.
Es en Valdepuercas donde se escapa siempre que puede, donde se relaja y donde disfruta de la caza. “Allí es el mismo, le encanta el campo. Su padre hacía safaris por África, pero a él lo que le gusta es Valdepuercas”, cuenta una persona que le trató. No es especialmente sociable ni dado a codearse con toda la aristocracia de las monterías. El catálogo de trofeos de caza del Ministerio de Medio Ambiente reserva un lugar destacado a los venados de oro que Aristrain ha abatido en su finca.
Su otra pasión son los coches. Según gente que le trató, tiene unos 40 en una nave. Hay deportivos y de época, incluso Fórmula 1 retirados. Aun así, él puede aparecer conduciendo un Smart para no llamar la atención. Lo mismo le ocurre en el barco. Tiene un yate de más de 30 metros con el que navega por el Mediterráneo pero no da fiestas y prefiere fondear en el mar a atracar en puerto. No es como su padre, al que la hemeroteca del 'ABC' muestra en numerosos actos sociales y benéficos. Sí hay quien le recuerda hace años compitiendo con el entonces príncipe Felipe. Este ponía el Bribón a toda vela y rivalizaba contra una lancha de Aristrain.
Durante años alterna su chalé en una lujosa urbanización privada en Somosaguas (a las afueras de Madrid) con Sevilla, donde compra un palacete en el centro. Ante el juez que le interrogó por el impago de la pensión, admitió “disponer de varios palacetes que ha heredado, y que la seguridad privada la paga la empresa de la que es accionista”.
Los negocios van viento en popa. En 1997, entra en Aceralia gracias a las privatizaciones que emprende el Gobierno de Aznar. La Corporación Aristrain consigue entonces el 10% de Aceralia, que después se fusiona con la luxemburguesa Arbed y la francesa Ursinor para dar lugar a Arcelor. En 2006, la india Mittal lanza una opa y Aristrain, que apoya a Mittal, se queda con un 3% de ArcelorMittal. Se convierte en uno de los principales accionistas de la sociedad, la mayor del mundo del acero, y ya es uno de los grandes multimillonarios. 'Forbes' le sitúa ese año en el puesto 10 de los españoles más ricos gracias a una fortuna de 1.700 millones de dólares (unos 1.220 millones de euros).
Diversifica y compra edificios en la mejor zona de la capital, entre ellos la antigua embajada de Reino Unido en Madrid, por la que paga unos 50,5 millones de euros. Alrededor tiene ya un palacete mudéjar y otro edificio. Cerca de la sede del PP y la Audiencia Nacional, entre otros centros oficiales, la manzana es un enjambre de policía, al gusto de alguien obsesionado por la seguridad.
En 2006 traslada su residencia fiscal a Suiza, donde posee un chalé entre Gstaad y Lausana que la prensa local cifra en más de 60 millones. En Hacienda salta una alarma cuando uno de sus grandes contribuyentes ha dejado el país. Comienza entonces una investigación que concluye el 11 de julio de 2011, cuando la fiscalía le denuncia en el juzgado de guardia de Pozuelo de Alarcón. Un viernes a las 8:30 de julio, agentes de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) entran en su chalé de Somosaguas. Se incautan de su agenda, descubren una serie de coches de alta gama que están a nombre de una sociedad, a la que carga sus gastos personales. La acusación utiliza sus viajes en el jet, sus gastos de calefacción y luz, sus alarmas y gastos diarios, hasta sus compras de comida en El Corte Inglés para demostrar que no pasa en Suiza los seis meses al año que exige la ley para librarse de pagar impuestos en España.
Colecciona coches, incluyendo algún Fórmula 1, pero conduce un Smart para no llamar la atención .....Leer noticia completa