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Llega el gran desembarco de viajeros homosexuales que buscan en el Circuit de Barcelona la meca de la tolerancia

Pese a su impacto económico, las grandes fiestas se montan en el área metropolitana, que da más facilidades

Ya están aquí. El goteo empezó hace una semana, pero desde ayer las calles del Gayxample son un hervidero de homosexuales de medio planeta, llegados para la inmersión en un festival temático que, con 12 días, bate el récord mundial. Una pieza más del puzle turístico de Barcelona. Solo que no llegan con corbatas ni ordenadores, como los asistentes al congreso de telefonía móvil; ni con los auriculares puestos, como los del Sonar. Otra imagen, otros hábitos y otras prioridades. Pero se les ve a la legua, en pequeños grupos de gais, de estética variada y con una ruta que suele incluir tiendas, bares y restaurantes de la zona, playas y fiestas nocturnas. Las cifras del Circuit son rotundas: 72.000 asistentes el año pasado y 150 millones de euros de impacto económico. Pero más allá, el montaje supone un encuentro social sin parangón mundial para el colectivo y la tarjeta de presentación al mundo de la Barcelona tolerante y 'gayfriendly', a la que muchos regresan una y otra vez.

Con un 80% de público extranjero, el festival se traduce estos días en un continuo ajetreo de maletas y 'check in'. El alojamiento oficial este año son las dos sedes del Hotel Axel, especializado en este colectivo. "Tenemos huéspedes de todo el mundo y cada vez con estancias más largas", explicaba ayer un portavoz del establecimiento, asegurando que muchos incluso superan la duración del festival, y pernoctan más de 15 días. La ocupación allí es plena durante semanas, con refuerzo de personal y un punto informativo para el huésped. La estancia media, según Matinée Group, organizador de la cita, es de 8,4 noches, porque para muchos viajeros son sus vacaciones.

El Gayxample (cuyo epicentro son las calles de Diputació, Consell de Cent, València, Aribau, Casanova, Muntaner...) es un enjambre de actividad estos días. Cuentan en ES CollectionShop, en Consell de Cent, que han tenido que contratar a cuatro vendedores de apoyo y ampliar su horario: de 10.00 a 22.00 horas y con el inglés como idioma de fondo permanente. Desfiles de hombres en busca de bañadores ajustados y camisetas, tarjetas de crédito calientes. Cerca, Mark Gifer les customiza pantalones vaqueros a la carta. ¿Vale la pena la jornada larga? "El año pasado abrí en agosto con el Circuit y este año no hago vacaciones", dice su responsable. En el Bloom, especializado en comida orgánica, movimiento 'non stop', del desayuno vitaminado a la cena, cuentan. Muchos se cuidan y agradecen la cocina sana pero con sabor. Hiperactividad también en el chiringuito Be Gay de la playa del Bogatell, donde incluso hay seguridad privada para evitar robos al descuido.

En pleno debate sobre el modelo turístico de Barcelona, la organización ofrece una página de consejos al visitante para manejarse por la ciudad. Tanto en seguridad -"No perdáis de vista el equipaje", "no llevéis objetos de valor a la playa", "vigilad vuestra cartera"-, como en civismo - "en Barcelona está prohibido ir sin camiseta, consumir alcohol en la playa, orinar en la calle, comprar a vendedores callejeros ilegales, tirar basura a la vía pública"-, y se les ilustra sobre las multas. Pero tras varias ediciones, se constata que el colectivo nunca ha sido conflictivo en la ciudad ni proclive a borracheras en la vía pública o al escándalo.

Repartido

Se da la circunstancia de que las divisas se quedan en Barcelona, pero las principales fiestas se las llevan otras localidades vecinas, como L'Hospitalet (complejo deportivo L'Hospitalet Nord, los sábados), Vilassar de Dalt (la acuática de Illa Fantasia, para 8.000 personas, el próximo martes), Sant Quirze, Sabadell... El Ayuntamiento de Barcelona en los últimos años no da facilidades para saraos especiales, y para contratar espacios grandes o con piscina, otros municipios son más aperturistas. Barcelona de momento colaboraba facilitando las banderolas para difundir el encuentro.

El nuevo gobierno de Ada Colau, de entrada se manifiesta "comprometido" con los derechos de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales y celebra "la diversidad que se vive en las calles de Barcelona". Por ello, la alcaldesa participó en la manifestación del 28 de junio y defendió la igualdad por encima de la orientación sexual. En ese sentido, un portavoz señala a este diario que también dan "la bienvenida a aquellos eventos que atraen visitantes a la ciudad", en alusión al Circuit, aunque enfatizando que "hay que trabajar para que sean inclusivos y accesibles para el barcelonés, y contribuyan a un turismo sostenible".

En tiempos en que los prototipos estéticos y sociales están en tela de juicio, el festival ha levantado críticas de algunas entidades vinculadas al colectivo que denostan esa imagen global del gay de cuerpo atlético, con ganas de fiesta y ligue. Los organizadores, asumiendo el carácter lúdico del encuentro, defienden que la cita es plural y preparan alguna actividad familiar para el colectivo de cara al año que viene.

De momento, al margen de las 23 fiestas (cada noche, pero también diurnas porque el público exige bailoteo y chapuzones al sol), hay una treintena de propuestas diurnas. Desde encuentros deportivos en el litoral o en los gimnasios DiR, hasta exposiciones de arte en galerías de Ciutat Vella, pasando por las charlas. Ayer, una sobre la prevención del sida colgó el lleno. Otras abordarán la inserción sociolaboral del colectivo, la protección internacional con testimonios de quienes padecen la falta de derechos en sus países, las vidas célebres de personajes LGTBI... O un taller para sobre las App para ligar y sus efectos en las relaciones sociales y de pareja. Cine, rutas culturales (erótico-literaria) y demás completan la oferta.

La parte más narcisista del festival a la vista queda. En el gimnasio, dos momentos punta: antes de salir rumbo a la playa y antes de acicalarse para la noche. Todo sea para que, quienes pueden, hinchen músculo.

Convivencia

¿Le conviene este turismo a la ciudad como seña de identidad? Algunos expertos consultados destacan que el turismo no puede etiquetarse a partir de su signo sexual. No es definitorio. Tan solo lo define la actitud del viajero respecto a la ciudad y su relación con ella.

El consultor y profesor de la Escuela de Turismo CETT de la UB Ramon Serrat opina que tras varios años de recorrido, la cita lúdica es "positiva para Barcelona", porque "genera riqueza" desde distintos flancos, "no causa problemas específicos ni quejas", más allá del problema puntual de sonido que plantee alguna celebración. Mantiene que refuerza la "tradición tolerante de Barcelona" y que la enmarca dentro de las grandes metrópolis en la misma liga 'gayfriendly'. Por eso y por un mix de clima, cultura, playa, gastronomía y ocio, los abonos completos para entrar a todos las fiestas, a 360 euros, ya se habían agotado.


Fuente: elperiodico.com