Poco a poco, el barrio de la Milagrosa respira más tranquilo. La implantación de seis cámaras de seguridad en noviembre del año pasado parece ejercer un "efecto disuasorio" entre quienes están acostumbrados a hacer suya la calle. Según explican desde la Policía Municipal de Pamplona, la calle de Manuel de Falla, 'punto negro' por excelencia, "se ha limpiado", aunque la medida ha conllevado inevitablemente otros efectos colaterales. El principal: la "dispersión" de esos focos de descontrol y delincuencia hacia otros lugares de la capital navarra como las calles de Abejeras o San Francisco, en el Casco Viejo. Zonas donde se ha incrementado la vigilancia notablemente en los últimos meses.

Hasta hace poco, junto a algunos bares nocturnos de Manuel de Falla se congregaba "muchísima gente", principalmente de origen latino, lo que en algunas ocasiones solía conllevar "graves problemas" de seguridad. Aunque no ha trascendido el número de denuncias interpuestas por los vecinos en este sentido, las fuentes consultadas aseguran que de viernes a domingo -día en que también se registraba una afluencia importante-, "había muchos altercados", principalmente ocasionados "por los ruidos, las peleas y el excesivo consumo de alcohol y drogas".

La magnitud y gravedad de algunas de esas reyertas, según ha sabido Diariodenavarra.es, obligaron a la Policía Municipal a pedir refuerzos al Cuerpo Nacional de Policía en más de una ocasión. Y fueron varias las agresiones con arma blanca que se produjeron en la zona entre grupos rivales, si bien los implicados normalmente prefirieron no denunciar los hechos para evitar a las Fuerzas de Seguridad.

 

LOS PROBLEMAS, A ABEJERAS Y EL CASCO VIEJO

 

Las cámaras de seguridad y la apertura de varios establecimientos dirigidos al mismo tipo de público en otras zonas han propiciado que los problemas de mayor trascendencia se hayan trasladado. "En los últimos meses hemos aumentado la vigilancia en Abejeras, donde de viernes a domingo hay patrullas constantemente a partir de las dos de la madrugada. Sobre todo porque se han dado casos de roturas de lunas de coches, trifulcas entre jóvenes -algunas también con heridos por arma blanca-, drogas u otras acciones vandálicas. También ha habido incidentes en la calle de San Francisco", indican las mismas fuentes.

 

CONTINÚAN LOS CONFLICTOS 'MENORES'

 

No obstante, aún persisten los problemas en algunas calles como Guelbenzu, donde también existe una zona de ocio nocturno en la confluencia con Julián Gayarre; Isaac Albéniz y la plaza del río Ebro, "puntos habituales para el botellón". A éstos se unen los ocasionados por algunos 'piperos' o 'bajeras', que han proliferado en gran medida en los últimos años.

Las 'bajeras' están más controladas de lo que mucha gente piensa. Y no se puede generalizar, porque hay muchos usuarios que llevan años en una sin causar molestias. Pero sí es cierto que hay unas pocas más problemáticas, principalmente porque se pone la música demasiado alta, porque se dan bocinazos a altas horas o por alguna pelea esporádica. Las más conflictivas son las que están alquiladas por chavales muy jóvenes, de entre 18 y 22 ó 23 años", afirma un agente que conoce el barrio en profundidad.

En la Policía Municipal aseguran que, por el momento, no ha sido necesario recurrir a las cintas grabadas por las cámaras de seguridad de la Milagrosa para "esclarecer incidentes o accidentes de tráfico". Tampoco para investigaciones policiales relacionadas con el entorno de la izquierda abertzale, que cuenta con un peso importante en el barrio. No obstante, siguen produciéndose "pequeños robos" en algunos puntos a los que no llega la videovigilancia.

 

FUENTE: www.diariodenavarra.es