Actores políticos en vísperas de elecciones locales coinciden en el planteamiento de políticas públicas generalizadas a la crisis de seguridad que se vive en todo el país, pero se nota la escasez de propuestas focalizadas por parte de los precandidatos a la alcaldía de Bucaramanga, según declaraciones en medios de comunicación local, para atacar de raíz la enfermedad de la inseguridad.


Algunos expertos indican que a las ciudades en Colombia les hace falta implementar cámaras de seguridad empleadas por un Circuito Cerrado de Televisión de la Policía, herramienta que funciona eficazmente para combatir la inseguridad, por ejemplo, en países como China. En el caso de Bucaramanga, donde se dispararon las acciones delictivas a principios del año 2011, desafortunadamente el 40% de dichas cámaras no funcionan por falta de mantenimiento e inspección para asegurar su buen funcionamiento.


Aunque en Bucaramanga se presenta una disminución de homicidios al final de 2010 - 23 homicidios por cada 100 habitantes, siendo los más bajos índices de homicidio a nivel nacional-, son altos los índices de hurto, donde ubica a Bucaramanga como la segunda ciudad en hurtos por cada cien habitantes; en pocas palabras, el comején de la delincuencia esta carcomiendo a la ‘Ciudad Bonita’ de Colombia. Aunque un estudio elaborado por la Universidad Javeriana arroja que Bucaramanga es una de las ciudades más optimistas del país, los ciudadanos debemos denunciar y los posibles sucesores de Fernando Vargas deben dejar atrás el optimismo y actuar con eficientes medidas para que no se "bacrimnice" el tema de inseguridad.


La seguridad en la ‘Ciudad de los Parques’ debe ser un juego entre ‘policías y ladrones’, al final el ladrón debe tener su juicio merecido de la mano del pilar de la prosperidad: la educación; además de una Política de Convivencia.


El término ‘seguridad’ hace mención a la palabra latina securitas, que se refiere a la seguridad como ausencia de riesgo, pero la percepción ciudadana refleja una insatisfacción por la seguridad, es decir, que la inseguridad se convierte en miedo o temor al riesgo, la cual es misión del Estado que es quien debe garantizar el bienestar de los ciudadanos por medio de una vigilancia uniformada y sistematizada.

 

FUENTE: www.vanguardia.com