Los robos en el cementerio de San Fernando no son una novedad. Hace años que la plantilla del camposanto viene denunciando los continuos hurtos y destrozos en nichos y tumbas, pero la situación está llegando a unos niveles insostenibles. Según denunciaron ayer los trabajadores el vandalismo va en aumento y ya no sólo se roban coronas de flores, jarrones, escaleras o letras de metal de los nichos, sino que las últimas sustracciones han sido de piezas eléctricas de las cámaras frigoríficas y hornos del crematorio.

Así lo denunció el secretario general de UGT en el Ayuntamiento de Sevilla, Santiago de los Reyes, que lamentó la situación actual: "En la última quincena ya es tremendo porque se llevan cosas que eran impensables". Así, relata que se han sustraído motores eléctricos de las cámaras frigoríficas mortuorias, "muy caros y pesados"; las planchas de acero de los hornos crematorios, que "están desmontando de forma completa poco a poco; rejas del cementerio; herramientas, andamios y carretillas; además de llevarse los adornos metálicos y hasta las letras de las lápidas, ya sean de cobre, latón o aluminio.

Para los sindicatos el problema está claramente en la disminución de la seguridad en el recinto. Según UGT, antes la empresa de seguridad existente también hacía rondas por el interior del camposanto, "pero el Ayuntamiento de Sevilla ha querido ahorrarse dinero y ahora sólo dan alguna vuelta con el vehículo de vigilancia por fuera", apunta De los Reyes, que alerta de que el ahorro está saliendo muy caro, pues ahora habrá que reponer todo lo que han ido robando.

El gobierno local, por su parte, aseguró ayer que ya se han tomado cartas en el asunto. Quizás demasiado tarde, la intención es blindar San Fernando para frenar la oleada de robos. Así, el Ayuntamiento confirmó que ya está en tramitación el contrato para la ampliación del servicio de seguridad del cementerio, después de que haya instalado cámaras de seguridad y sensores. La idea es que el nuevo servicio, que contará con más personal de seguridad y más turnos de vigilancia, se ponga en marcha de forma "inmediata".

A la espera de las soluciones, los trabajadores advirtieron ayer que temen "enfrentamientos cara a cara" con los ladrones, pues según ellos, los robos se podrían estar realizando a primeras horas de la mañana. De hecho, algunos empleados al iniciar su turno de trabajo se han encontrado con gente deambulando por el interior del cementerio, algo que les ha parecido "extraño". "Se han podido encontrar de frente con los ladrones", insistió el representante de UGT.

Los robos, amenazas e incluso agresiones al personal son una constante en el cementerio, denuncian los sindicatos, que recuerdan que en 2008 hubo un episodio de robo con intimidación a plena luz del día con una catana. El estado de deterioro y la falta de servicios también influyen en las quejas de los usuarios en unas circunstancias que son especiales.

Este problema, no obstante, no es exclusivo de la capital. El año pasado el camposanto de La Algaba también sufrió una oleada de robos, en este caso, siempre de metales, sobre todo cobre y bronce. Los ladrones asaltan las lápidas para sustraer figuras, a veces simplemente letras, de estos metales que pueden ser fundidos y vendidos en el mercado negro.

El cementerio de San Fernando se construyó en 1853 y se ha reformado varias veces. La intervención más completa se hizo hace tres años, en el último mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín, con la intención de adecuar las instalaciones a la actual demanda.

Fuente: Diario de Sevilla