Hay "narcotúneles". E incluso "narcosubmarinos". Pero el hallazgo en la frontera entre México y Estados Unidos de una catapulta como las usadas en la Edad Media revela que los traficantes recurren también a métodos más rudimentarios.
El pasado viernes por la noche, las cámaras de videovigilancia de la Guardia Fronteriza de Estados Unidos sorprendieron a un grupo dispuesto a lanzar paquetes de marihuana por encima de la valla metálica fronteriza, desde los alrededores de la ciudad de Naco, en Sonora.
El aviso a las autoridades mexicanas por parte de la Guardia Fronteriza y la Guardia Nacional de Arizona frustró el vuelo de los poco más de 20 kilos de droga y desató la fuga de estos "traficantes del medievo".
"En esta zona de la frontera suele haber intentos para introducir droga a EE.UU., aunque ésta es la primera vez que encontramos un artefacto de este tipo", le informó a BBC Mundo la oficina en Tucson de la Agencia de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU..
Ingeniería clandestina
Aunque en esta ocasión el artilugio haya sido de inspiración medieval, no es raro encontrarse con ingeniosos métodos para introducir clandestinamente drogas y otras mercancías desde México al vecino norteño, mucho más eficientes y discretos que la catapulta de Sonora.
Quizás uno de los casos más sofisticados es el de los llamados "narcotúneles", excavaciones de hasta un kilómetro de largo que cruzan la frontera, generalmente en ciudades como Tijuana o Nogales.
Allí, la gran concentración urbana facilita la construcción disimulada de estas obras de ingeniería subterránea, que en ocasiones cuentan con iluminación y rieles para transportar la mercancía en vagones.
Los primeros pasadizos se empezaron a descubrir hace 20 años. En noviembre, las autoridades encontraron un túnel de 27 metros de profundidad por el que llegaron a pasar hasta 12.000 kilos de marihuana.
Dentro de tiburones
Pero el ingenio del narco no se limita a colar su mercancía por aire y bajo tierra.
En 2008, la Armada de México encontró un submarino de 10 metros de eslora cargado de cocaína en las aguas de Oaxaca, en la costa sur del Pacífico.
Y en junio de 2009, la Secretaría de Marina anunció la incautación de más de una tonelada de cocaína escondida en el interior de tiburones congelados.
FUENTE: www.el-nacional.com