La imagen muestra el tránsito de coches y personas por la esquina de Córdoba y Moreno. Girarla a la derecha o a la izquierda permite una mejor cobertura de cada una de las calles. Y, con sólo acercar el zoom, se puede ver claramente la patente de los autos o la colilla del cigarrillo que aplastó en el piso un joven que sale de la Facultad de Derecho. Todo esto se observa en simultáneo desde la sala de operación de la central de videovigilancia que el municipio comenzó a poner a punto ayer en el edificio de la Guardia Urbana Municipal (GUM), de Riccheri y Zeballos.

Además de la cámara de Moreno y Córdoba hay otros cuatro aparatos en funcionamiento y, según los planes, otros 13 se sumarán en junio para llegar a fin de año con 100 dispositivos ubicados en distintos espacios públicos de la ciudad. El sistema no sólo operará en la prevención de hechos delictivos, sino que también permitirá actuar con mayor rapidez cuando se detecten faltas municipales o se desaten situaciones de crisis.

Con un presupuesto cercano al millón de pesos para la primera etapa, la instalación del sistema se licitó a mediados de noviembre del año pasado y ayer, con cinco cámaras colocadas, se empezó a evaluar su funcionamiento. Los primeros 18 aparatos se están ubicando en edificios públicos (el Cemar, la terminal de ómnibus o algunos centros municipales de distrito), plazas y esquinas estratégicas como la de Oroño y Mendoza o San Martín y Uriburu (ver infografía).

La segunda fase del plan aspira a elevar a cien el número de puntos controlados, sin embargo aún están en estudio los lugares donde se colocarán los aparatos. "Se priorizarán los espacios públicos y vamos a evaluar si se incluye en este paquete a los centros comerciales", indica el subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita.

Antes de decidirse por un sistema, funcionarios municipales revisaron una docena de experiencias desarrolladas en distintas localidades del país, Brasil y Chile. Baita asegura que el modelo local se asemeja al de Campinas (Brasil), donde la puesta en marcha del sistema permitió reducir un 50 por ciento los delitos y las faltas municipales en los lugares controlados.

Es que, según resalta el funcionario, "la instalación de cámaras por sí solas no resuelve nada, sino que fortalece todo un sistema integral de seguridad" ya que además de actuar en forma preventiva disuadiendo la posibilidad de cometer algún delito, permite actuar rápidamente cuando las imágenes registradas muestren, por ejemplo, faltas municipales, infracciones de tránsito, incendios, actos de vandalismo, arrebatos u otro tipo de delitos. Para esto, la central de monitoreo tendrá dos supervisores —un agente municipal y otro policial— y trabajará en paralelo con los responsables de distintas áreas del municipio. La apuesta se completa con la creación de un call center encargado de centralizar (con un número único) las denuncias que actualmente recaen en Tránsito, Defensa Civil, Control Urbano, Inspección o la GUM.

Sumo secreto. Aunque están registradas en espacios públicos, las imágenes que genera el sistema son confidenciales. Sólo pueden acceder a ellas los operadores identificados mediante una clave y su huella digital. Además, de acuerdo al manual de procedimiento, estos agentes deben firmar un secreto de confidencialidad que los compromete a no difundirlas. "La única forma de sacar una imagen es mediante una orden judicial", aclara el subsecretario de Seguridad.

FUENTE: www.lacapital.com.ar