Hasta los sobrecargos tienen su propio grupo criminal: "El Cártel de Galis" (de la palabra "galley", que es el nombre en inglés de la cocineta de los aviones).
Así lo establecen las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre una red delictiva que introducía cocaína a España en complicidad con personal de tripulación de Aeroméxico.
En las primeras investigaciones, la Procuraduría ha identificado la participación de un piloto y un sobrecargo que pertenecen a esta estructura, pero no han sido detenidos.
Además, detectaron que en la red también participaban agentes de la Policía Federal.
Cada uno de los integrantes del grupo criminal, que llevaría tres años operando desde la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), recibía como pago por cada cargamento el equivalente en dólares a 600 mil pesos.
Los criminales hacían sus transacciones de divisas en una casa de cambio de la Terminal 1.
Si se considera que la red delictiva tenía aproximadamente tres años operando desde la Terminal 2 y que los sobrecargos hacían una o dos entregas al mes, podrían haber realizado hasta 36 viajes.
El "galley" es el espacio en donde se almacenan los alimentos en los aviones de pasajeros, y ahí mismo se guardan los carritos con los que la tripulación distribuye la comida y bebidas por el pasillo de la aeronave.
Los integrantes de "El Cártel de Galis" ingresaban al aeropuerto con su uniforme de trabajo para después recibir las maletas con la cocaína dentro de la terminal, viajando en activo o como turistas.
"Sabemos que hacían viajes tanto como tripulantes en activo como viajando de turistas. Las autoridades están analizando las listas de pasajeros y están revisando los vuelos que hicieron a España porque, al parecer, podría haber una persona, responsable de asignar vuelos, que estaría en complicidad para favorecerles esa ruta y que al parecer es familiar de uno de ellos", indicó una fuente que está al tanto de las indagatorias.
Detalló que, en su modus operandi, elementos de la Policía Federal introducían la droga por un acceso externo de la terminal, para evitar las revisiones en los filtros de seguridad; después la entregaban a pilotos y/o sobrecargos en baños o zonas poco visibles para las cámaras de seguridad.
En ocasiones, añadió la fuente, eran los mismos policías quienes realizaban la entrega, pero en otros casos eran civiles.
Sin embargo, los informantes de REFORMA señalaron que por lo menos desde hace un año corrompieron a los elementos de seguridad privada de filtros de acceso, a quienes les pagaban 10 mil pesos por "no revisar" su equipaje.
Las pesquisas también indican que las maletas viajaban llenas de cocaína a España y regresaban a México con el pago del cargamento, por lo que habrían sido elementos de la Policía Federal quienes les dieran rutas de salida para evadir la revisión aduanal.
El AICM y la propia aerolínea tienen reportes de que en una ocasión, elementos federales retiraron de las salas de última espera una maleta de los tripulantes a la que se le vencieron las llantas por el peso de la droga.
Además, Aeroméxico llamó alguna vez la atención a un piloto que presuntamente pertenece al grupo criminal por llegar de vuelo y salir en una camioneta de la Policía Federal, en lugar de seguir el proceso establecido y pasar por filtros de migración y aduana.
Un caso similar, según consta en registros de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se presentó hace cerca de año y medio, cuando un tripulante indicó a un guardia de Eulen que no debía revisar el equipaje, y ante la insistencia del elemento, el sobrecargo llamó a un Policía Federal, quien aparentemente resolvió el conflicto.
En los tres casos habrían actuado elementos de la Policía Federal para resolver la situación. En ninguno de ellos se presentó reporte sobre tráfico de drogas.
FUENTE: www.terra.com.mx