Reunidos en San José de Costa Rica, los miembros de la Coalición Latinoamericana para la Prevención de la Violencia Armada (Clave), analiza la intervención cada vez más importante y desregulada de empresas de seguridad privada en los países de la región.

Esta propuesta surge de los objetivos definidos como prioritarios en la Asamblea del año 2009. Se conforma un grupo de trabajo para la elaboración del proyecto que quedo compuesto por Inecip, Ilsed y Espacios (Argentina) junto con Ielsur (Uruguay) y CEJ (Paraguay).

El trabajo toma como referencia los diagnósticos base en materia de seguridad privada realizados por los miembros de CLAVE en el año 2008. Las instituciones participantes fueron: CEJIP (Bolivia), Ciprodeh (Honduras), Fundación Arias (Costa Rica), Iepades (Guatemala), Amnistía Internacional (Chile), Serpaj (Ecuador), Fespad (El Salvador), Ielsur (Uruguay), Ilsed (Argentina).

Para entender la situación, primero se formuló un diagnóstico en torno a la situación de la seguridad pública para comprender la dimensión del aporte que la seguridad privada provoca en el sistema.

Una forma de entender lo que nos pasa fue graficado con las mutaciones que sufre el espacio público: edificios con el salón de usos múltiples en el último piso y el filtro de seguridad en la entrada, atestados de cámaras. Ese es el concepto de vivir “bien” que ha ido creciendo frente a estados que no han dado en la tecla a la hora de ocuparse de la seguridad y que, por lo tanto, han dejado el tema en manos de empresas privadas. Antes, lo había delegado en las fuerzas policiales y ahora, ni siquiera en miembros de equipos formados por el propio estado.

Es así que se evaluó –como cuestiones negativas- una creciente intervención de las fuerzas armadas en cuestiones policiales y, a su vez, que los países recurren con mayor frecuencia a respuestas puramente policiales ante situaciones de inseguridad que admitirían intervenciones menos violentas y “autoritarias”, según explicó en San José Carola Concaro, del Inecip, entidad argentina que es miembro de Clave.

Se señaló como un problema “la mercantilización del valor seguridad”. Con ello, se quiere indicar que el problema de seguridad de la población queda en manos de productos y servicios que se compran y se venden y, por lo tanto, por fuera del concepto de exclusividad en el manejo del asunto que podría tener el Estado.

Cuando interviene la seguridad privada en el sistema, muchas veces –se analizó- se hace necesario que el negocio no sólo se sostenga, sino que prospere, por lo cual en lugar de buscarle soluciones a la problemática de inseguridad se generan paliativos que no la revierten. Si lo hicieran, se acabaría el negocio.

La privatización de servicios de la seguridad pública ha permitido en Latinoamérica que, inclusive, cuestiones de Inteligencia queden en manos de empresas privadas.

Por eso las organizaciones y centros de estudio especializados en violencia de toda Latinoamérica están proponiendo un prototipo de Ley Marco que regule la seguridad privada, que busque puntos de coincidencia en todos los países y que eviten el hecho de que, frente a tanta inseguridad, también lo que termine por desmadrarse sea la propia seguridad, ya en manos de empresas que buscan lucrar con ese trabajo.

El proyecto que discute Clave tiene que ver con saber quiénes integran las agencias de seguridad y quiénes son los dueños de esas empresas, como cuestión básica que también les exigimos a los políticos. 

No hay una buena registración de empresas, armas que manejan y capacitación de sus miembros. En la Argentina –según la propuesta- la cuestión se complica por la composición federal del país que hace que cada provincia maneje el tema a su propia manera y sólo Córdoba les prohíba, por ejemplo, manejar armas de fuego.

La discusión busca interesar a todas las partes y formular un aporte, bajo un concepto central que valora el aporte de estas agencias, pero que sostiene como “fundamental” conceptualizar claramente para que su incidencia en la seguridad de las personas sea real y no una reacción puramente comercial.

 

FUENTE: www.mdzol.com