El economista Jorge Todesca lanzó su precandidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el Peronismo Federal, en un acto que se realizó en el club Unione e Benevolenza, donde se anunció el acuerdo político realizado entre la agrupación “Rumbo Justicialista” -que acompaña la candidatura de Eduardo Duhalde- con el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) de Capital, que preside el dirigente Carlos Zaffore. Durante el encuentro, Todesca se lamentó que en el Gobierno nacional "la retórica social no fue acompañada por un programa consistente”.
“La arbitrariedad y la improvisación reemplazaron a la gestión y al diálogo, y la mentira se instaló como método sistemático de comunicación con la opinión pública: y la verdad, la triste verdad, va saliendo a la luz, de la peor manera. ¿Cómo es posible que tengamos una crisis social después de todos estos años de enorme crecimiento?", criticó.
Notas del discurso de Jorge Todesca
Queremos reeditar la alianza histórica y el espíritu frentista.
Recuperar la esperanza.
La esperanza en un país mejor.
La esperanza en un país más justo.
La esperanza en un país previsible.
La esperanza en un pais solidario.
La esperanza en un país sin enfrentamientos.
La esperanza en un pais sin falsos dilemas.
Todo eso y mucho más es tener un proyecto de nación.
Creímos muchas veces que eso era posible.
Lo creímos por última vez en el 2002.
Pero poco a poco esa esperanza se fue diluyendo.
La oportunidad se convirtió en una lucha por el poder.
La retórica social no fue acompañada por un programa consistente de gobierno.
La arbitrariedad y la improvisación reemplazaron a la reflexión y el consenso.
La mentira se ha instalado como método sistemático de comunicación con la opinión pública. Y tras la mentira la desconfianza y tras la desconfianza el escepticismo y tras el escepticismo la confusión.
La verdad, la triste verdad, va saliendo a la luz de la peor manera.
¿Cómo es posible que tengamos una crisis social después de todos estos años de enorme crecimiento?
Es muy simple. Es porque ha habido indolencia, clientelismo, construcción espuria de poder.
Y lo peor de todo. Una Argentina dividida. Dividida ficticiamente. Porque todos queremos lo mismo: un país donde vivir, un país donde trabajar, un país donde formar una familia, un país donde prosperar.
Somos parte de un proyecto nacional que sentimos expresado por Eduardo Duhalde.
Creemos que también la Ciudad de Buenos Aires merece un proyecto propio. Un proyecto que exprese no sólo a nuestra fuerza política, sino a un frente amplio de partidos y agrupaciones que tenemos una visión común. La Alianza con el Mid es un paso importante en esa dirección.
Hay que repensar la Ciudad. Repensarla no desde sus parcialidades, sino desde un modelo integral.
No somos una intendencia más.
Somos un enorme complejo económico y social que carece de un proyecto de gobierno abarcativo.
Así como el gobierno nacional ha promovido una profunda e innecesaria división en la sociedad, el gobierno de la ciudad ha tenido una visión simplista y superficial.
Ha olvidado y profundizado las diferencias entre el sur y el norte.
Es un gobierno sin rumbo, tan sin rumbo como las bicisendas con las que salpica intermitentemente los barrios de nuestra sociedad. Van de ningún lado a ningún lado.
Le ha tocado gobernar en años de prosperidad y tampoco ha aprovechado la oportunidad.
Pero más que reclamos queremos ocupar el lugar de las propuestas.
La Ciudad está fragmentada económica y socialmente. Está en crisis.
El Sur está abandonado. Y en el norte también hay bolsones de pobreza y desigualdad.
Hay dos Buenos Aires una Buenos Aires pública y otra privada.
Una parte de la población apela a la educación privada, la salud mediante la medicina prepaga e incluso la seguridad privada en sus domicilios.
Otra parte utiliza los servicios públicos. Pero estos están degradados.
Queremos un proyecto de ciudad integrado. Creemos que todos los porteños tienen que tener un mismo nivel de calidad en educación, salud y seguridad.
En primer lugar la ciudad no puede pensarse de a pedacitos: la cultura, los baches, las inundaciones, las bicisendas.
Proponemos un modelo de desarrollo equilibrado. Somos básicamente una ciudad de servicios y en la mayor parte de nuestra geografía una ciudad de pymes.
Necesitamos que esas pymes sean sólidas. Que nuestros pequeños comerciantes y los muchos prestadores de servicios puedan competir con las grandes cadenas comerciales y de servicios que también hacen un gran aporte a la economía de la ciudad. Pero hay que nivelar el terreno. Hay que promover que las pymes puedan modernizarse, incorporar tecnología, sostener empleos de buena calidad.
Necesitamos atender la vinculación de nuestra ciudad con el conurbano a través del área metropolitana que tiene que dejar de ser terreno de nadie para convertirse en preocupación de todos.
Creemos en una salud pública para todos. No hay un plan de salud. Los servicios y los establecimientos no están coordinados ni enlazados. No hay concursos públicos para cubrir las vacantes. Los hospitales no tienen una población de referencia. Sin esa perspectiva la planificación de la salud es imposible. Hay que ponerle el pecho a decisiones difíciles. En las atenciones programadas los vecinos deben tener prioridad.
La educación pública está degradada. Quien puede, manda a sus hijos a una escuela privada. Hay que elevar la calidad de la oferta educativa pública para que muchos porteños vuelvan a la escuela pública. Una escuela pública que sólo atiende a quienes no pueden pagar rompe con la pluralidad tradicional de la convivencia escolar. Sarmiento decía que la educación era la base de la democracia. Pero no cualquier modelo educativo, sino un modelo integrador.
La educación padece los mismos problemas de falta de planificación. No hay un plan de obras. La infraestructura escolar del sur de la ciudad está especialmente descuidada. Y allí es donde más demanda pública de servicios hay.
Para un maestro que se incorpora a la docencia, cobrar su sueldo es un calvario. Debe esperar meses a merced de los obsoletos sistemas administrativos existentes.
Los subsidios a la educación privada carecen de un carácter compensatorio del nivel socioeconómico de los establecimientos.
La seguridad es un tema clave. No fue oportuno el momento elegido para crear la Policía Metropolitana. Pero lo peor ha sido no generar un ámbito de colaboración con la policía federal. Es cierto que el gobierno nacional no ha facilitado las cosas, pero tampoco hubo generosidad en la oferta del gobierno de la ciudad. No se pueden tener dos policías en un mismo territorio, con sueldos diferentes, con infraestructura diferente y sin ninguna coordinación.
Se necesita equiparar a ambas policías e iniciar el proceso de traspaso progresivo. También necesitamos más efectivos. Tenemos que poner 5000 policías más en la calle. 100 por comisaría. Eso tendría un costo de alrededor de 500 millones de pesos sobre un presupuesto de más de 17.000 millones. Es posible hacerlo.
Compañeros, un nuevo proyecto de ciudad es posible y necesario. Un proyecto integrador. Un proyecto pensado desde el desarrollo y la justicia social.
FUENTE: http://miradornacional.com