Entre empujones, golpes y jaloneos, una oleada de rojos simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) accedieron a las instalaciones del Querétaro Centro de Congresos y Convenciones, luego de haber arremetido contra la seguridad privada que resguardaba la puerta principal del recinto, y quienes se vieron obligados a retirarse para permitir el ingreso de los priístas al proceso de renovación de la presidencia de su Comité Ejecutivo Nacional.
Las extensas y metálicas vallas que intercedían el paso de los ciudadanos militantes de este partido fueron derrumbadas con una intensa fuerza. proveniente de una masa ansiosa por participar en la ceremonia, lo cual resultó en un cúmulo de personas en las puertas.
Reporteros, fotógrafos, algunos militantes y funcionarios ubicados al interior del Centro de Congresos vieron como la multitud empujaba las transparentes puertas principales del recinto; los casi 15 elementos de seguridad privada desistieron de la presión y, obligados por los empellones de la gente, concedieron la entrada.
Entre atropellos y caídas, un conjunto de militantes pudo ingresar al lugar.
El operativo de control montado por el PRI se vió superado por los miles de simpatizantes que intentaron entrar a la sala principal del Querétaro Centro de Convenciones.
Tres “portazos” de la multitud, en la entrada principal del sitio sede de la sesión del Consejo Político, fue suficiente para que todo el operativo se desmoronara.
Los detectores de metales fueron retirados, las puertas abiertas de par en par y la cerca metálica se hizo a un lado.
La toma de protesta de la nueva dirigencia nacional del PRI esperaba hasta quince mil personas, teniendo como oportunidad el ingreso a la sala principal del Querétaro Centro de Congresos de 9 mil ciudadanos. Sin embargo, datos preliminares informan que llegaron al lugar más de 30 mil personas.
La entrada en vehículo o autobús era asfixiante, pues desde las 9 a.m. una larga fila de automóviles se formaba al exterior del sitio sede.
Algunos simpatizantes expresaron que 14 camiones repletos de personas provenían del lejano municipio de Juárez, Nuevo León; otros informaron que del estado de Coahuila se trasladaron 20 camiones.
Desde adentro del lugar era posible observar cómo se acumulaban las personas en la explanada exterior del Querétaro Centro de Congresos y Convenciones y, a pesar de tener a un costado un evento musical en un exorbitante escenario, los militantes deseosos arremetían contra las vallas para poder ingresar.
Adentro, por el caos que se vivía, el registro de militantes y consejeros políticos del partido fue olvidado. Artistas, políticos e integrantes del sector privado ingresaban con prisa o con calma despampanante, al tiempo en que simpatizantes vestidos como luchadores, botargas y otras ropas exóticas, ocupaban un lugar en las gradas y justo cuando un mariachi ambientaba con melodías mexicanas el recinto.
Al sitio ingresaban afiliados provenientes de Chiapas, Estado de México, Coahuila, Veracruz, Nuevo León y otros estados del país.
La policía estatal comenzó a utilizar perros para detener a las personas, mientras que la policía municipal de Querétaro brilló por su ausencia siendo, de esta manera la corporación del municipio de San Juan del Río quien realizaba el operativo de seguridad.
A pesar de que no se presentaron heridos, los bomberos estaban atentos aun costado de las puertas para participar en caso de alguna contingencia.
“Ya es peligroso, la gente viajó mucho y quiere entrar; la seguridad no puede controlar esto y no sólo es gente de nivel económico bajo, es también de media y alta; está rebasado el cupo”, dijo un bombero.
Tuvo que ser el director de la Policía del estado de Querétaro, Adolfo Vega Montoto, quien con un altavoz intentó calmar a la alarida multitud, así como el Oficial Mayor del estado, Manuel Pozo Cabrera, quien la hizo de elemento de Protección Civil, al realizar un acto de control.
Por su parte, el Secretario de Gobierno, Roberto Loyola Vera, se refirió a los espacios que hay en las instalaciones del Querétaro Centro de Congresos: “ustedes pueden ver, las instalaciones cuentan con los espacios suficientes, hay una explanada al exterior donde se está distribuyendo la gente, aunque hay efervescencia, la euforia entendible por la celebración de este evento, es una gran reunión”.
Esto sucedía justo antes de que iniciará la ceremonia de toma de protesta de los nuevos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional: Humberto Moreira Valdés, como Presidente, y Cristina Díaz, como Secretaria General, quienes estaban acompañados de gobernadores, senadores, diputados e integrantes del partido.
La calma llegó de pronto y los medios de comunicación hacían nota del mensaje del nuevo Presidente del PRI, Humberto Moreira Valdés, quien con fuertes gestos y atrevidos movimientos discursivos, aseguraba quelas alianzas entre los partidos del PRD y PAN tienen como objetivo frenar el desarrollo de su partido en México.
“Con unidad no nos atemorizan las alianzas impúdicas entre adversarios, que solamente se emanan en su aspiración de frenar lo inevitable del partido más grande de México. No nos atemorizan las relaciones de quienes traicionaron sus orígenes y su recurso por la ilusión de impedir las victorias del PRI”.
La sesión llegó a su fin, y uno detrás de otro, los funcionarios salieron esquivando la multitud. Nuevamente Moreira provocó el caos, debido al gran número de personas que se le acercaban, quien apresurado saludó a algunos y se despidió de otros.
FUENTE: www.libertaddepalabra.com