La inseguridad llevó al límite los nervios de los empleados de las áreas de salud municipal y obligó a las autoridades a tomar medidas para poner un freno a la delincuencia en los dispensarios y en los Hospitales de Urgencias e Infantil. En algunos centros asistenciales ya se trabaja a “puertas cerradas” y se restringen los ingresos. Aunque hay custodia policial y refuerzos de una firma privada, para el personal cada vez “hay más robos”.

La secretaria de Salud municipal, Marcela Almagro, reconoció en diálogo con Día a Día que “hay una ola” de delitos, por lo que a los efectivos policiales que ya custodian los dispensarios decidió sumar una empresa privada de seguridad en el Infantil y el de Urgencias. Incluso, en este último hospital colocarán un portón en el subsuelo para que sólo puedan ingresar autos y motos del personal.

En los cuatro dispensarios que trabajan las 24 horas los médicos exigieron policías por la inseguridad. Almagro reconoció que están con las “puertas cerradas”, a pesar de que se trata de centros públicos de atención, para evitar que cualquier malviviente entre. Si bien los ingresos nos están con llave, el portón “arrimado” es una manera, según la funcionaria, de que no haya hechos delictivos.

“Hemos llegado a la situación de que nos llama el médico y nos dice que no abre el dispensario sino tiene un policía para trabajar. Por eso en algunos lugares, como en el Urgencias y el Infantil, hemos decidido reforzar con efectivos y con una empresa de seguridad privada”, explicó Almagro.

Hasta la leche. La tensión está tan de manifiesto que los mismos médicos no pueden dejar los consultorios porque no les queda “ni una lapicera, ni un tensiómetro, porque se los roban”. “Son olas que tenemos, y los días en que, por ejemplo, se les da a las mamás la leche en polvo tenemos que llamar a la Policía porque sino las mujeres llegan a la esquina y les sacan la leche de las manos”, describió la secretaria de Salud.

La funcionaria se mostró optimista respecto de que se están tomando las medidas necesarias con la cobertura de una guardia privada, más la restricción de algunos ingresos públicos para evitar el acceso a los delincuentes. Sin embargo, los trabajadores expresaron que son los principales damnificados de esta situación.

Desde un cospel, ropa de trabajo y hasta motos desaparecieron en los hospitales en los últimos meses. Los empleados municipales consultados por Día a Día denunciaron, a diferencia de Almagro, que los hechos delictivos “aumentaron desde que se contrató una empresa tercerizada de seguridad”, y que se disminuyó la custodia policial.

Los robos llegan a privar a los centros de atención de las cosas más insólitas, como los sellos y las lapiceras de los profesionales, hasta indumentaria que guardan en cajas de seguridad, sábanas y frazadas de las habitaciones. La lista de faltantes incluye también billeteras, celulares, cospeles y abrigos que son extraídos de los consultorios, espacios administrativos, pasillos y en el internado. Los hechos no llegaron al quirófano porque, a pedido del personal, se colocaron en el Urgencias timbres para bloquear los puertas. En muchos casos, los pacientes también son víctimas del delito.

Los que más se quejan son los trabajadores que cumplen guardias de 12 ó 24 horas, ya que cuando salen del centro de salud se encuentran con los vidrios rotos de sus coches, con el robo de estéreos o con hechos más graves, como la desaparición de motos del subsuelo del Urgencias, donde sólo está permitido el acceso a empleados.

Darío Sánchez, uno de los delegados en el área de salud del Sindicato Unión Obreros Empleados Municipales (Suoem), dio detalles a Día a Día de la situación que atraviesan algunos trabajadores que realizaron denuncias policiales, y explicó que presentaron notas a sus superiores porque se ven afectados cuando concurren a cumplir sus tareas. Algunos hechos tienen investigaciones administrativas abiertas, pero aún no tuvieron una resolución.

Visión nocturna. Tanto Sánchez, como dos empleados que fueron víctimas directas de la delincuencia al momento de estar trabajando, coincidieron en que el drama de los robos se volvió a evidenciar cuando disminuyó el personal policial, sobre todo por el gran movimiento de personas que se observa en los hospitales. Sólo en el Infantil hay un efectivo para todo el centro, explicó el gremialista, cuando antes de la privatización de la custodia “había tres”.

En ambos hospitales, la empresa Visión Nocturna es la encargada de la vigilancia, pero en varias oportunidades recibió quejas de los municipales, quienes dijeron que se sienten “cada vez más desprotegidos”.

“Cuando en su momento hicimos las averiguaciones, la empresa no tenía el personal habilitado, faltaban datos que debían haber sido ingresados en el Ministerio de Gobierno. En los hospitales podría haber más seguridad, porque hace falta”, dijo Sánchez.

“Se tiene que saber que el personal está más inseguro. Esto llegó hasta las manos en algunas situaciones que se desbordaron, incluso por problemas con la misma vigilancia”, agregó.

Para zafar de los robos, los empleados tratan de tener siempre a mano sus objetos personales, como abrigos o celulares, pero el problema muchas veces los supera porque en los estacionamientos se dan los robos de más valor.

Los casos relatados por los trabajadores se asemejan a los hechos ocurridos en abril en Capital Federal, cuando los empleados de salud paralizaron los 33 hospitales públicos por “falta de seguridad”. El conflicto cesó cuando se intensificó la custodia a través empresas de vigilancia.

El estacionamiento es “tierra de nadie”
El subsuelo del Hospital de Urgencias es el lugar que los empleados tienen para dejar sus vehículos. Un espacio restringido al público, pero que desde hace un tiempo se convirtió en un sitio visitado por los ladrones. Diego Bracamonte, un empleado administrativo, contó a Día a Día cómo (hasta hoy) sigue su reclamo para recuperar su moto, la que desapareció de la playa cuando estaba cumpliendo un turno de 12 horas.

Bracamonte presentó sendas notas con el apoyo de sus compañeros, a los que también les faltaron pertenencias. El hombre inició una investigación administrativa y puso un abogado para hacer una denuncia policial. Lleva tres meses sin tener novedades de su moto y, según su relato, los robos no han disminuido.

“Desaparece de todo. Celulares, frazadas, las sábanas y ni hablar de elementos personales, como tazas y billeteras. En el invierno, siempre hay que estar con la campera encima o a la vista, aunque tengas calor, porque cualquiera ingresa. El Urgencias es un hospital de tierra de nadie”, dijo el municipal. “Además, convivimos con todos los que llegan o con familiares que muchas veces no están en buen estado”, agregó.

Un enfermero del Infantil, que pidió la reserva de su nombre, también contó a este medio cómo le violentaron su caja de seguridad, donde tenía su ropa de trabajo. “Ya sabemos que son hospitales públicos, que estamos expuestos a muchas cosas, que surgen problemas. En mi caso me vi afectado por un hurto en el vestuario y lo hice saber a las autoridades y se tomaron las medidas”, contó el municipal.

Justamente, en este centro de salud la funcionaria Marcela Almagro confirmó que, por seguridad, se restringieron algunos accesos y se limitó un único ingreso a la guardia para evitar la entrada de posibles delincuentes.

En los dispensarios también
Agresiones. En reiteradas oportunidades hemos dado cuenta en Día a Día, cómo enfermeros y médicos eran agredidos en las denominadas zonas rojas de la ciudad, en los dispensarios donde precisamente después venían a atenderse los agresores o familiares o amigos de ellos. Villa Esquiú, Las Violetas, Ferreyra, entre otros, formaron parte de las crónicas en ese sentido durante los últimos dos años en Día a Día.

Robos. También en esos lugares, dimos cuenta de lo que pasaba con muchos profesionales que directamente no llevaban ni celulares, ni autos y mucho menos motos, puesto que son el blanco de continuos arrebatos.

FUENTE: www.diaadia.com.ar