Hace años que existe un ida y vuelta con la custodia de las estaciones ferroviarias. Desde el incendio de la estación de Haedo, en noviembre de 2005, las autoridades buscaron dar con algún esquema de contención que evite desde los hurtos comunes hasta los incidentes mayores.
A comienzos de este año el gobierno nacional intentó reemplazar a los gendarmes que custodiaban las estaciones por agentes de seguridad privada, a costo de las empresas concesionarias. Esta intención no prosperó del todo, pero esos gendarmes fueron empeñados, además de en la custodia de los andenes, en la vigilancia de cuadras cercanas a las vías, como parte del Operativo Centinela en el cornubano. Hasta los primeros meses de 2011 grupos de tres o cuatro gendarmes estaban fijos en cada estación ferroviaria. Su presencia buscaba desalentar la generación de incidentes en los andenes. Al agregar nuevas funciones a esos uniformados, las estaciones quedaron con menos protección que la que tenían hasta ese momento.
En enero pasado, el propio jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, destacó que el cambio tenía la finalidad de "reemplazar a los gendarmes por seguridad privada". Sin embargo, la protesta de las empresas a cargo de brindar el servicio ferroviario forzó a modificar esa posición oficial. Por eso, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, recordó entonces que el Operativo Centinela incluía la custodia de las estaciones de trenes, aunque esa protección se empezó a diagramar de manera diferente, dentro del sistema de empeño de fuerzas ideado para dar una mayor cobertura en todo el conurbano. De esta manera, los gendarmes ya no quedaron de manera exclusiva dedicados a la custodia en los andenes, sino que se sumaron el patrullaje por las zonas aledañas a las estaciones.
De los 6000 efectivos que fueron destinados al Operativo Centinela, unos 1000 estaban consignados antes en las estaciones de ferrocarriles e, incluso, al patrullaje dentro de las formaciones.
FUENTE: www.lanacion.com.ar