Con crecimiento de doble dígito, la industria de la seguridad privada en México ha cobrado un boom, no sólo para satisfacer la demanda de altos ejecutivos y trasnacionales, pues ahora el aumento de la inseguridad en nuestro país ha obligado a atender al sector público y las clases media y media baja.

Cuatro años atrás, la seguridad privada era contratada por empresarios; hoy el abanico de clientes potenciales se abrió.

De acuerdo con la Confederación Nacional de Empresarios de Seguridad Privada y Similares de los Servicios del Ramo (Conesprysir), la industria mantiene un incremento de 25% por la demanda de sus servicios.

“La seguridad privada surge como coadyuvante a la seguridad pública y se estima que su valor sea por 1% del PIB”, asevera Arnulfo Garibo, presidente de la Confederación.

“Al principio nuestros clientes potenciales era la IP y tres años atrás, el gobierno se convirtió en nuestro nuevo cliente. Así que blindamos los vehículos de las instituciones más importantes, como la Secretaría de Seguridad Pública, gobernadores, procuradores, magistrados, etcétera.”, explica Ernesto Mizrahi, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA).

Durante el 2010 el sector de los autos blindados aumentó 15% respecto del año anterior: se vendieron 2,400 vehículos, en donde 60% pertenece a la iniciativa privada y el resto al gobierno (ya sea federal o estatal).

“La industria de la seguridad en México crece como una solución a los problemas de delincuencia... Por eso somos parte de la solución, al brindar productos que protejan de pruebas balísticas”, afirma Miguel Caballero, CEO de la marca de ropa blindada que lleva su nombre y que a seis años de presencia en México ha crecido30% anual en ventas.


“En nuestro país el tema de la seguridad privada se ha vuelto coyuntural en prácticamente todos los sectores industriales, los cuales demandan servicios de calidad en custodia de bienes y personas. Aunque privada, no deja de ser un coadyuvante de la seguridad pública, la cual lamentablemente se ha visto rebasada por la delincuencia (organizada y dispersa) que está presente en todas las ciudades del país”, asevera Adrián Charansonnet, secretario general de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Pública e Industria Satelital.

UN PROBLEMA DE LEYES…

Los permisos laxos otorgados por las autoridades han dado vida a empresas patito de custodios, guardaespaldas o los famosos hombres intramuros (vigilantes de una casa habitación o compañía).

Pero no sólo eso, sino que los bajos salarios que reciben este grupo de escoltas provocan rotación constante de personal, según la Conesprysir. En México existen más de 10,000 empresas de este nicho, pocas certificadas y bien reglamentadas.

“De las 10,000 firmas, 80% tiene sólo un permiso local para operar o está fuera de la ley. De las empresas que sí están reguladas, sólo 200 ostentan algún certificado de calidad”, refiere Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.

El permiso que otorga la Secretaría de Seguridad Pública Federal no requiere del comprobante del certificado de secundaria ni mucho menos de antecedentes penales para dar de alta al personal de una empresa de custodios o guardaespaldas, explicó el comandante Garibo.

 

FUENTE: www.eleconomista.com.mx