Dos hombres confesaron haber suministrado ilegalmente una pistola a Wellington Menezes de Oliveira, autor de la masacre de la escuela de Río de Janeiro en la que murieron 12 niños el miércoles pasado, informó ayer un funcionario policial.

Charleston Souza de Lucena, de 38 años, e Isaías de Souza, de 48, admitieron que le vendieron la pistola al agresor y dijeron que lamentaban haberlo hecho, señaló el funcionario Altamir Ribeiro, sin más detalles, aunque aclaró que esos dos hombres no eran parientes.

"Si sabía que el arma era para hacer eso, jamás hubiera hecho lo que hice. Ahora voy a tener que pagar", dijo el guardia de seguridad privada De Souza, de 48 años, detenido junto con el cerrajero Souza de Lucena.

Según la versión de los detenidos, Menezes buscó un cerrajero para su casa en el barrio de Sepetiba y como vivía solo le preguntó sobre cómo conseguir un arma para seguridad personal.

El cerrajero entonces lo contactó con el guardia de seguridad, que le consiguió un revólver 32 usado en la masacre. También Menezes utilizó un 38, con el número de serie borrado y cuyo origen se está investigando.

"Tengo parte de culpa, pero culpa directa no tengo. Tengo hijos en la escuela", dijo De Souza.

Menezes pagó 165 dólares por el revólver 32, cuyo titular original está siendo buscado. La prensa informó que se sospecha que el dueño del arma murió asesinado durante el Carnaval, a inicios de marzo.

Menezes consiguió ese revólver a comienzos de este año, según la División de Homicidios de la policía.

 

FUENTE: www.lanacion.com.ar