Los guardias de seguridad privada comenzaron cumplir tareas que antes desempeñaban los policías en servicio 222, pero sus facultades para detener o reprimir están muy limitadas. Por ejemplo, el guardia no puede esposar a un sospechoso.
El presidente de la Federación Uruguaya de Empresas de Seguridad (Fudes), Agustín Pose, señaló a El País que una de las herramientas que reclaman las empresas es la posibilidad de inmovilizar a personas que sean detenidas cometiendo delitos. Para ello los guardias tendrían que poder esposar o maniatar, lo que está expresamente vedado.
"Si un guardia atrapa a una persona dentro de un predio, no está autorizado a esposarlo y tiene que esperar que venga la Policía. El peligro es que el detenido vaya al juzgado y diga que se lo privó de la libertad porque le ataron las manos", mencionó Pose.
Los empresarios consideran que sería oportuno un cambio en la legislación que habilite a las empresas a realizar algunas tareas que en la actualidad no pueden hacer.
Para Pose, "habría que generar herramientas legales que permitieran trabajar en conjunto a los guardias privados con la Policía", y agregó que "en algunos países la Policía le pide apoyo a los guardias privados en caso de emergencia".
Un guardia de la seguridad privada tiene las mismas facultades que un civil para actuar ante un agresor. Ello implica que puede realizar un arresto civil, siempre y cuando esté frente a un delito que se está consumando, y debe dar cuenta inmediatamente a la Policía.
El guardia también puede actuar como cualquier ciudadano en legítima defensa, cuando estén en peligro su vida, integridad física, libertad, honra o patrimonio, o los de los terceros a quienes presta servicio como guardia.
También puede utilizar un arma en los términos de la legítima defensa, es decir, con un arma de entidad similar a la del agresor (por ejemplo, no puede enfrentar a un delincuente que usa un arma blanca con una pistola).
En tanto, la capacitación que reciben los guardias de seguridad privada también es muy limitada en comparación con la que reciben los policías.
El curso que exige el Registro Nacional de Empresas de Seguridad (Renaemse) para los guardias de seguridad consiste de 28 horas para el vigilante sin arma, y ocho horas adicionales para el guardia armado, en las que, según la normativa de Renaemse, deben ejecutar tres cargas completas de revólver y tres cargas completas de escopeta. Los guardias no precisan realizar cursos de entrenamiento físico, pero sí deben superar un examen de aptitud psíquica. Renaemse también solicita que los guardias realicen cursos de actualización.
Por otra parte, el entrenamiento básico para un oficial de segunda es un curso de seis meses, de ocho horas de lunes a viernes. Además de las materias teóricas, los policías realizan entrenamientos físicos, cursos de defensa personal, práctica de tiro y manejo de armas, y participan en la ejecución de planes operacionales.
Bancos y educación. En el primer cuatrimestre del año fueron recortadas unas 70.000 horas de servicio 222, según un reciente informe del Ministerio del Interior. La iniciativa oficial de reducir los contratos policiales fuera de horario busca evitar la sobrecarga laboral de los efectivos. De todos modos, las autoridades determinaron que no se suprimirían servicios en los bancos y en los centros educativos. Sin embargo, como el servicio 222 es voluntario, ya que son horas extra, los policías tienden a evitar tareas difíciles o que comprometan su seguridad, por lo cual, a pesar de la postura oficial, también bajó la cantidad de horas de servicio 222 en bancos y centros educativos.
Un exjerarca policial afirmó que "los policías buscan los 222 cómodos, para poder descansar. En los liceos, en los bancos, en los supermercados hay mucho trabajo, y claro que prefieren otro tipo de servicio 222, por ejemplo, en las oficinas públicas, donde son una especie de sereno y no corren riesgos".
Según la misma fuente, el recorte de horas de servicio 222 "estuvo muy mal hecho. Se redujeron las horas en forma drástica, sin efectuar un verdadero estudio de seguridad. Fue a la que te criaste".
Luego de la ola de ocho asaltos a bancos en lo que va del año, y del asesinato del guardia Luis Alberto Moreira este martes durante el atraco a la sucursal Goes del Discount Bank, se desató una polémica sobre el retiro del 222 de los bancos.
Tras la muerte del guardia, la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios criticó al Ministerio del Interior por "la falta de patrullaje policial y el cambio irresponsable del servicio 222 por servicios de seguridad privada". Por su parte, el sindicato de los bancarios (AEBU), planteó a las autoridades que haya 222 en todas las sucursales bancarias. "En la medida que no estén los policías, con su efecto disuasivo, a los delincuentes se les hace más fácil", indicó esta semana el dirigente de AEBU Elvio Monegal.
En cuanto a los centros educativos, este año hubo problemas de inseguridad en varios liceos por la falta de servicio 222. En abril, los docentes de al menos tres liceos amenazaron con realizar o realizaron paros por la inseguridad y en reclamo de policías. Según afirmó a El País el director de Renaemse, Juan Carlos Vázquez, "la mayoría de los policías no desean realizar custodias por 222 en los centros de Secundaria por los problemas de convivencia con funcionarios y alumnos".
Guardabultos. Según Pose, algunas empresas optaron por contratar policías en funciones ajenas a la seguridad, para cumplir con la reglamentación del Ministerio del Interior que inhibe a sus funcionarios trabajar en tareas de vigilancia fuera del horario de trabajo.
De esa forma los policías que hasta el 1° de enero hacían guardia, se han transformado en guardabultos, limpiadores o cualquier otra tarea que no se relacione con seguridad. Sin embargo, en caso de que ocurra algún incidente, el agente está obligado a entrar en acción ya que por ejercer otra tarea no deja de ser policía.
Un sector con alta demanda laboral
A pesar de reducción de servicios policiales 222, el presidente de la Federación Uruguaya de Empresas de Seguridad (Fudes), Agustín Pose, señaló que las empresas aún no encuentran dificultades para reclutar personal. Sin embargo, ante el aumento de los niveles de empleo, en el futuro puede ser más difícil para las empresas conseguir trabajadores.
El incremento de la demanda de trabajo en la construcción ya conspira directamente contra el reclutamiento de las empresas de seguridad, dado que allí se pagan mejores salarios.
Según un estudio de la consultora Advice, en el primer trimestre del año, la demanda de vigilantes privados aumentó 92% con respecto al mismo período del año pasado, en base a un relevamiento de los avisos de trabajo en la prensa.
Según Federico Muttoni, presidente de Advice, la demanda laboral en el sector vigilancia se vio "fuertemente influida por la decisión del Ministerio del Interior de recortar horas del 222".
El estudio mostró que el cargo de vigilante es el más solicitado en el área administración, con 1.188 solicitudes en el período.
Los guardias de seguridad son, junto al personal doméstico, los peor pagos de la economía uruguaya. De acuerdo a datos proporcionados por las empresas, hay unos 20.000 vigilantes en el mercado, muchos de ellos son expolicías y militares.
Un directivo de una de las principales empresas de seguridad indicó que la rotación de personal en el rubro es muy alta, y afirmó que en su empresa todas las semanas se anotan al menos 20 personas para realizar el curso de guardia.
Locales perdieron servicio
El 1° de enero, supermercados, centros de enseñanza privada, shoppings, mutualistas, bares, sindicatos y empresas en general debieron sustituir el servicio policial por guardias privados.
En total fueron 101 empresas e instituciones las que al inicio del año dejaron de recibir el servicio policial 222.
La medida fue tomada por el Ministerio del Interior en una búsqueda de mejorar las condiciones de trabajo de los policías, que actualmente llegan a trabajar 16 horas diarias.
La reducción progresiva de horas se verá acompañada por un aumento del salario que perciben los efectivos policiales.
La directiva oficial es que el servicio 222 se continúe prestando en bancos e instituciones educativas públicas.
Los gremios policiales rechazan la reducción del servicio 222, porque en algunos casos representa el 50% de los ingresos de los efectivos.
Los policías tendrán "un tope máximo" de horas mensuales por concepto de servicio 222, y los máximos se irán reduciendo paulatinamente hasta las 50 horas en 2015.
FUENTE: www.elpais.com.uy