La falta de control de armas pequeñas, ligeras y municiones es un peligro en zonas propensas a la violencia
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su informe emitido en abril de este año recomendó a sus miembros tener un control del uso de armas livianas en zonas conflictivas o propensas a convertirse en aquello.
Para el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el control de armas livianas en áreas de conflicto, post conflicto y propensas al conflicto es importante para identificar el origen del desvío de armas y municiones para fines ilícitos. Alertó que la violencia puede asumir "proporciones asustadoras" en comunidades en que la circulación de armas es grande.
El secretario recordó que el informe de Pinheiro (Sergio), emitido en 2006, recomendaba que los países desarrollasen una amplia política de prevención para reducir la demanda y el acceso a las armas.
De acuerdo con el informe del secretario, el control de arsenales de municiones convencionales es también un grave problema ya que el deficiente trabajo de supervisión hace que se abastezcan de los mercados ilegales.
El fácil acceso a municiones es "un factor clave" para permitir todas las maneras de violencia armada, incluyendo la delicuencia. Además, en las últimas décadas, explosiones accidentales provocadas por el almacenaje o manejo inadecuado de arsenales de municiones ocurrieron en más de 50 países, lo que dejó un elevado número de víctimas y provocó la destrucción de la infraestructura y afectó el medio ambiente.
Según el experto mexicano Marco Lara Klahr, el crimen organizado utiliza las rutas (transfronterizas) para enviar droga, armas y municiones, personas, dinero y vehículos. En muchas ocasiones, la utilización y seguridad de las rutas son pagadas con armas a los grupos locales.
Otra fuente de armas. A mediados de julio, la agencia de noticias EFE difundió el informe del Instituto de Estudios Internacionales y de Desarrollo (Ginebra), en el que se señala que los agentes de seguridad privada de América Latina son los más armados del mundo, con una tasa de posesión de armas por empleado 10 veces superior a la de Europa occidental.
El estudio refleja la expansión que ha tenido la seguridad privada en los últimos 20 años hasta que existen en la actualidad alrededor 20 millones de personas, casi el doble de los policías en servicio activo, involucradas en ese sector.
El director de la investigación, Robert Muggah, afirmó: "Latinoamérica y, en particular, Centroamérica tienen los niveles de violencia más altos del mundo, con unas tasas que multiplican por seis la media mundial".
Muggah dijo que en la región "existe la tradición de potenciar la seguridad privada para sustituir a la Policía en la protección de bancos, barrios e individuos, con un amplio abanico de actividades".
El Ecuador no se encuentra ajeno a esta realidad de la región, donde se ha incrementado la violencia, y las empresas de seguridad privada tenían 40 380 agentes y había 42 600 policías.
Guatemala es el país con más altos índices de este fenómeno. Había 120 mil agentes privados frente a 19 900 policías para velar por la seguridad de 12,7 millones de habitantes, según datos del año 2008. Es decir, por cada seis agentes privados, hay un policía, y fue la mayor desproporción de los 70 países analizados en el informe.
En la lista, siguen Honduras, donde hay 60 mil agentes privados y 12 300 policías; Nicaragua, que cuenta con 19 700 agentes y 9 200 policías. Les siguen Panamá y Costa Rica.
En Sudamérica el orden es Argentina, Colombia Chile, etc.
ONU: la prevención es la mejor vía
Según el resumen del informe emitido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 2008 sobre el tema de la seguridad, se señala que en la mayoría de los conflictos actuales se utilizan armas pequeñas y ligeras.
Estas armas se usan ampliamente en conflictos entre Estados, y son las armas preferidas en las guerras civiles y en el terrorismo, la delincuencia organizada y la guerra entre bandas.
Las líneas divisorias entre el subdesarrollo, la inestabilidad, la fragilidad, el conflicto y la guerra se desdibuja cada vez más; por tanto, la prevención de conflictos, la solución de los mismos y la consolidación de la paz requieren respuestas multidimensionales.
FUENTE: www.hoy.com.ec