Tras los atentados recientes relacionados con el deporte y el juego, el gobierno federal ha cometido varios errores que pueden resultar muy caros para la afición. Uno, firmar un acuerdo con autoridades para homologar la vigilancia en los estadios. El otro, iniciar una campaña contra los casinos, como si fueran los culpables de la violencia.
Quizá la persona que más sabe sobre seguridad privada en México, Alejandro Desfassiaux, de Multisistemas de Seguridad Industrial, asegura que en vez de ese acuerdo debería responsabilizarse a los dueños de los estadios. “La seguridad en los estadios debería estar en manos de la seguridad privada, ya que compete directamente a los dueños de cada estadio”.
Eso, cuando menos debería ser una premisa indispensable para que cada dueño de estadio se responsabilice de la seguridad en sus instalaciones y no distraer a la seguridad pública de sus responsabilidades y obligaciones.
En el caso de Monterrey, las autoridades incurrieron en el error de iniciar una campaña contra las casas de juego, decomisaron máquinas electrónicas, catearon lugares y revisaron cuentas, como si el problema del Casino Royale fuera culpa de estos establecimientos.
Aros del poder
Adidas presentó el Balón Oficial para las Competencias de Clubes de la UEFA, llamado Finale 11, con tecnología de punta y diseño muy europeo… Nissan se ha convertido en el principal patrocinador del recorrido de la antorcha de los Juegos Panamericanos que recorrerá todo el país... Por cierto que Pemex no ha hecho nada para evitar el peligro de una explosión durante los Panamericanos, a pesar del riesgo que existe por la obsolescencia del gasoducto que atraviesa Guadalajara.
FUENTE: impreso.milenio.com