La tropa, integrada por ex soldados y ex trabajadores del servicio secreto CIA, estuvo espiando durante más de un año a los grupos milicianos en esos países y rebasó ampliamente sus competencias, señala el diario, que se remite a un informe secreto sobre la investigación que se abrió en el Pentágono. De acuerdo con el escrito, el Pentágono fue quien contrató a este grupo.
El servicio, que fue contratado por 22 millones de dólares (15,9 millones de euros), debía oficialmente recabar únicamente datos sobre actividades políticas y sociales en el país asiático.
Las operaciones clásicas de un servicio secreto estaban prohibidas. Sin embargo, la red fue realizando cada vez más labores propias del espionaje. El Ejército empleó la información recabada de forma ilícita también para ataques militares.
El documento señala como responsable de la creación de una tropa de espías a principios del año pasado a Michael Furlong, un destacado alto funcionario de la Fuerza Aérea. Ahora podría enfrentar las graves consecuencias jurídicas que se derivan de esta situación.
En entrevista con el “Times”, Furlong negó de forma vehemente que su trabajo haya recibido el visto bueno de varios altos cargos en Afganistán. El diario señala que la Fuerza Aérea tiene previsto emprender una amplia reforma.
El Pentágono supo a través de la prensa de la existencia de esta tropa privada “clandestina” hace unos meses. Por orden del secretario de Defensa, Robert Gates, se emprendió una investigación.Las empresas privadas siguieron con su espionaje durante semanas, aun cuando ya se estaba investigando, se agrega en la información.
FUENTE: www.cubadebate.cu