En la víspera de un año electoral en ambos países, sus gobiernos aceleran los esfuerzos para incrementar la lucha contra el narcotráfico y sus efectos en ambos lados de la frontera, indica The New York Times
Estados Unidos está ampliando su papel en la lucha sangrienta de México contra el narco, enviando más agentes de la CIA y militares retirados a dicho país, y considerando planes para desplegar a elementos de seguridad privada con la esperanza de dar un giro a un esfuerzo de miles de millones de dólares que hasta ahora ha mostrado pocos resultados.
En semanas recientes, un pequeño número de agentes de la CIA y militares civiles estadunidenses han sido adscritos a una base militar de México, donde, por primera vez, funcionarios de seguridad de ambos países trabajan codo a codo en la recopilación de información sobre carteles de la droga y planifican operaciones. Las autoridades también buscan introducir un equipo de ex militares dentro dentro de una unidad especial antinarcóticos de la policía mexicana.
Funcionarios en ambos lados de la frontera dijeron que los nuevos esfuerzos se han diseñado para evadir las leyes mexicanas que prohíben operar a militares y policías extranjeros en su territorio, y para evitar que tecnología avanzada caiga bajo control de organismos de seguridad mexicanos con una larga historia de corrupción.
"Un cambio radical se ha producido en los últimos años en la efectividad del intercambio de inteligencia entre México y Estados Unidos", dijo Arturo Sarukhan, embajador de México. "Se sustenta en el entendimiento de que la delincuencia organizada y trasnacional sólo puede enfrentarse con éxito al trabajar de la mano, y que el resultado es tan simple como convincente: Estamos juntos el éxito conjunto o no".
Los pasos recientes se dan tres años después de que Estados Unidos aumentara su asistencia en seguridad a México, dando mil 400 millones de dólares a través de la Iniciativa Mérida y decenas de millones de dólares del Departamento de Defensa.
También llegan un año antes de las elecciones en ambos países, cuando el presidente Obama podría enfrentar preguntas acerca de la amenaza del desbordamiento de la violencia, y el partido político del presidente Felipe Calderón se enfrenta a un electorado que casi seguramente se preguntarse por qué debe seguir una lucha que ha dejado casi 45 mil personas muertas.
México se ha convertido en la 'zona cero' de la lucha antinarcóticos de Estados Unidos, desde que sus carteles han acaparado el mercado y son responsables de la introducción de más del 80 por ciento de las drogas que entran a Estados Unidos. En los últimos años, la ayuda contra el narcotráfico ha crecido más rápido que la brindada a Afganistán y Colombia.
"Sin embargo, es difícil decir que se ha hecho un verdadero progreso en detener la agobiante brutalidad de los carteles o el flujo de drogas y armas a través de la frontera. El Sistema de justicia en México sigue siendo tan debilitado por la corrupción que incluso los más notorios criminales no han sido debidamente procesados. 'El gobierno ha argumentado que el número de muertes en México es una prueba positiva de que la estrategia está funcionando y que los carteles están siendo debilitados', dijo Nik Steinberg, especialista de Human Rights Watch en México. "Pero indiscutiblemente los datos muestran que la violencia va en aumento, los abusos de los derechos humanos se han disparado, y la rendición de cuentas tanto de funcionarios que cometen abusos y de presuntos criminales está por los suelos".
Las autoridades mexicanas y estadunidenses dicen que los esfuerzos iniciados bajo la administración Obama tienen pocos años, y es demasiado pronto para juzgar sus efectos. Sin embargo, Eric Olson, del Woodrow Wilson Center, dijo que "Es en cierta forma impactante. México está apenas aprendiendo cómo combatir el crimen a la mitad de la mayor ola de violencia. Es como tratar de ensillar tu caballo mientras corres el Derby de Kentucky", definió.
FUENTE: excelsior.com.mx