Las transportadoras de valores están disparadas y son el segmento que más crece en el sector de seguridad privada. Comercio e industria están aumentando el uso de este servicio.
Hasta hace unos años, las empresas de transporte de valores ponían vehículos blindados a disposición de las instituciones financieras para transportar el dinero que necesitaban para operar sus diferentes sucursales. El negocio se centraba en atender a todos los bancos.
Pero los altos costos de la intermediación bancaria, los impuestos a las transacciones financieras –como el 4 x mil– y la creciente inseguridad que se vive en las principales ciudades están cambiando las cosas. Hoy, estas compañías han comenzado a extender sus servicios hacia el sector real, con propuestas ‘a la medida de sus necesidades particulares’.
Según Luis Felipe Murgueitio, superintendente de Vigilancia y Seguridad Privada, el público quiere tener más efectivo a mano y de forma más rápida. “Vemos modalidades que están jalonando la actividad de este subsector, en especial las relacionadas con aquellos negocios del sector real que requieren un flujo constante de dinero en efectivo en sus dependencias”, comenta.
La idea es mantener un flujo constante de dinero en aquellos lugares que lo necesiten, desde cajeros electrónicos hasta el interior de cadenas de supermercados, restaurantes o almacenes de ropa, entre otros negocios. Las transportadoras de valores parecen competir contra los mismos bancos.
“Antes, los bancos tenían el dinero, pero ahora lo tienen las transportadoras de valores, que lo llevan hasta instituciones financieras o lo ponen en la calle a través del comercio y de cajeros electrónicos. Ahora, los bancos más eficientes son los que menos dinero guardan”, dice Yago Palao, gerente general de Prosegur.
En este sentido, ahora ofrecen servicios de ‘tesorería avanzada’, en los cuales se encargan de gestionar la operación monetaria al interior de industrias y comercios. Por ejemplo, en el caso de algunos hipermercados, crean oficinas al interior de cada almacén y guardan el dinero de la operación diaria.
Anteriormente, cuando un cajero de estas compañías necesitaba dinero de baja denominación para dar cambio a los clientes, tenía que ir a una sucursal bancaria y hacer alguna transacción. Ahora, solo lo solicita a estas tesorerías internas que se encargan de suministrarlo o de pedir su traslado desde algún almacén cercano.
La apuesta por los nuevos negocios parece estar dando resultado. Según la Supervigilancia, las compañías de transporte de valores registraron el crecimiento más alto durante 2010, equivalente a 10,45%, e ingresos por $425.000 millones. Cabe anotar que todo el sector de la seguridad creció poco más de 6% en este mismo periodo.
Problema de costos?Más que otros negocios de la seguridad privada, el transporte de valores exige grandes inversiones.
Además de contar con vehículos blindados, estas compañías deben realizar inversiones en bóvedas, sistemas de seguridad de última generación y un entrenamiento especializado para sus empleados. En Colombia solo existen seis empresas autorizadas por la Supervigilancia para prestar estos servicios: Atlas, Brinks, G4S, Prosegur, Seguridad Móvil de Colombia y Trasvasur.
“Nuestro negocio se fundamenta en dos conceptos: la administración y mitigación del riesgo y el desarrollo de soluciones integrales de logística de dinero en efectivo. Eso quiere decir que nuestro reto permanente es desarrollar actividades que les permitan a nuestros clientes estar cada vez más tranquilos y confiados en el manejo y administración de sus valores”, dice Danilo Gómez, gerente comercial de soluciones de dinero en G4S.
Más allá de su infraestructura, las transportadoras encontraron un ambiente económico propicio. Incluso, entre los aspectos que favorecieron el surgimiento de estos servicios está el incremento en el dinero disponible en la calle, que en los últimos tres años ha crecido 24%.
Mientras en 1998 la proporción de dinero en los bancos frente a la que estaba en la calle era de 2 a 1, en los últimos dos años es de 1 a 1. En otras palabras, por cada peso que está guardado en alguna institución financiera, hay otro peso en el bolsillo de alguna persona, en las tiendas, debajo del colchón o, por ejemplo, en algún carro blindado para transportar valores.
Junto a esto, el sector también se vio beneficiado por el crecimiento de la economía y el elevado costo de las transacciones bancarias, cuyo índice de intermediación llega a 3,41% en Colombia, mientras en Australia ronda el 0,5% y en España, el 1,2%, asegura Palao, de Prosegur. “En la medida en que avanza el desarrollo económico del país, todas las organizaciones comienzan a solicitar servicios cada vez más especializados”, dice.
Por lo pronto, el gran reto de las transportadoras de valores comienza en mantener el buen comportamiento que tuvieron el año pasado al extenderse hasta pequeñas y medianas empresas. Por ejemplo, algunas han abierto ‘puntos multi-recaudo’, oficinas blindadas que ubican en diversos lugares de la ciudad, para que las Pymes accedan a sus servicios, al tiempo que reducen el riesgo de ser víctimas de robos –como fleteo– y evitan las colas en instituciones financieras.
FUENTE: www.dinero.com