A todos los efectos la firma del citado convenio es retrograda e insultante para los trabajadores en su conjunto.
Parece ser que en los años 2009 y 2010 hemos sido abducidos, por no se sabe qué extraña fuerza, que ha hecho que la seguridad privada haya desaparecido del planeta Tierra y ninguna persona hubiera desarrollado tal actividad. En 2011 seguiremos prácticamente en la misma situación que los dos anteriores y en 2012 contemplaremos que todos los importes económicos de este convenio colectivo se actualizarán en función del IPC real de 2011 más la diferencia resultante entre el ipc real correspondiente al año 2010 y el 1%.
La retribución bruta actualmente, de un vigilante de seguridad es de 1.035,45 euros y de 1.045,80 para el año 2011; 10,35 euros de subida mensual.
El salario de 2011 por las 15 pagas estipuladas por convenio, da un total de 15.687 euros. Según un estudio reciente de Unicef, el umbral de la pobreza infantil en España para una familia de dos adultos y dos niños esta en 16.684 euros. La gran mayoría de nuestro sector está, por lo tanto, dentro de esos parámetros, gracias a UGT y USO.
La jornada anual de trabajo es y será de 1.782 horas, a razón de 162 mensuales.
Nuestra semana laboral es de lunes a domingo, trabajamos los festivos, realizamos turnos de mañana, tarde y noche, soportando como buenamente podemos las inclemencias climatológicas, asumiendo competencias y responsabilidades comparables a las de las fuerzas y cuerpos de seguridad, pero sin su protección jurídica.
Pienso que todo esto lo conocen y sufren también los compañeros de la mesa negociadora, pero aún así han firmado este convenio. ¿No serán liberados sindicales?
Pertenezco al sector desde el año 1982, 28 años de trabajo, viendo como año tras año íbamos perdiendo nuestro poder adquisitivo y he sentido resignación. El presente me hace sentir hastio, impotencia y repulsa hacia los firmantes de este convenio, que más bien parece una sentencia a cadena perpetua.
Nos han vendido descaradamente ante no se sabe qué prebendas personales, pues de otra manera esto no tiene explicación alguna. No nos han respetado, no defienden ni los intereses ni a las personas a las que representan, abocándonos a un suicidio salarial sin precedentes.
Titulo este artículo indiferencia o resignación, pero yo os pregunto a todos vosotros, profesionales de la seguridad, ¿nos vamos a quedar de brazos cruzados?, ¿o tomaremos medidas y acciones encaminadas a dignificar nuestra profesión, antes de que sea demasiado tarde?
FUENTE: www.bottup.com