Centenares de armas de la Policía Militar de Río de Janeiro en manos de las milicias

Desde 2011 han desaparecido, se han perdido o directamente han robado 854 armas, 322 chalecos antibalas y 8.053 municiones

Según el Ministerio Público, de 1870 casos sólo se han denunciado 42

Río de Janeiro es una ciudad que convive con la violencia a diario. Que los proyectiles sobrevuelen la ciudad es parte del día a día de la periferia carioca, donde es común que las llamadas balas perdidas terminen alcanzando a alguno de sus habitantes.

La semana pasada murió Natalia Alves, de 31 años, por el impacto de una de estas balas perdidas, fruto de un fuego cruzado entre traficantes y policías. Otra de esas balas perdidas llevó un conductor de autobús al hospital, herido en el mentón. Otro hombre resultó herido en la comunidad de Amarelinho.. Y todo, en sólo tres días.

Carlos Minc, diputado estatal por el Partido de los Trabajadores (PT) y ex ministro de Medio Ambiente del Gobierno de Lula, preside la Comisión Parlamentaria de Investigación del Estado de Río de Janeiro (ALERJ), que busca aclarar la desaparición de armas de los almacenes de la Policía Militar.

Minc denuncia que "el 70% de las armas robadas o perdidas acaban en manos de las milicias". Unas milicias que en los años 90 del siglo pasado se conocían como 'Escuadrones de la Muerte'. Después de un proceso de politización y servicio a las comunidades, pasaron a convertirse en milicias o grupos paramilitares.

La Policía Federal presentó la semana pasada un documento en el que alerta de la desaparición, pérdida o robo de 854 armas, 322 chalecos antibalas y 8.053 municiones de empresas privadas de seguridad que actúan en Río de Janeiro desde 2011.

Minc afirma con claridad que "los traficantes utilizan las empresas de seguridad como tapadera para suministrarse de armas". Y añade que "en cuatro años han desaparecido el doble de armas de las empresas de seguridad privada que en periodos anteriores".

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