El caso de Madrid Arena: no se puede justificar lo injustificable

 

El 1 de noviembre del año 2012 la ciudad de Madrid se vio sacudida por una tragedia que segó la vida de cinco jóvenes. Recientemente, la madre de una de las chicas que fallecieron se puso en contacto con el Grupo Municipal Socialista. Solicitaba ayuda (una vez más, ya lo había intentado con Ana Botella y recientemente con Manuela Carmena) para que el pabellón Madrid Arena cierre sus puertas por incumplir de manera flagrante los requisitos exigibles por ley en materia de seguridad.

Nada más recibir la información respiré hondo y me puse a buscar la documentación que sobre este asunto obra en manos del Ayuntamiento. El dictamen del Grupo Municipal Socialista me dejó paralizada. El derecho, el ordenamiento jurídico, a veces es complejo, pero tal complejidad no puede servir de caldo de cultivo para que reine la impunidad de los que tienen una responsabilidad clarísima sobre un determinado asunto.

El Madrid Arena continúa siendo a día de hoy una trampa mortal. ¡Nada ha cambiado! Ni las condiciones materiales ni los usos que se le está dando. No tiene licencia urbanística y de funcionamiento. Incumple las más básicas garantías en materia de seguridad (ni las condiciones de evacuación ni las condiciones de compartimentación en sectores de incendio, entre otras muchas cosas, se ajustan a lo exigido por el Código Técnico de Edificación del Ayuntamiento de Madrid; el recorrido de evacuación incumple lo exigido por las ordenanzas municipales; los vehículos de bomberos no pueden posicionarse, tal y como exigen las ordenanzas, en las fachadas, etc…). Después de leer con detenimiento los documentos relativos a la absoluta ausencia de las más mínimas condiciones de seguridad, después de saber que la propia Comunidad de Madrid no otorgó la preceptiva autorización para la realización de la macro fiesta, después de descubrir que en repetidas ocasiones se le ha negado la licencia al Madrid Arena por no cumplir con la normativa en materia de seguridad, siento desprecio personal por aquellos que en el año 2012 ejercían la responsabilidad política en el Ayuntamiento de Madrid. No hay balneario que limpie la suciedad moral.

Hay que cerrar ya el Madrid Arena y hacer que cumpla con la legalidad. Es una barbaridad lo que se está permitiendo.
Hay que cerrar ya el Madrid Arena y hacer que cumpla con la legalidad. Es una barbaridad lo que se está permitiendo. El Gobierno de Ahora Madrid no debe consentir que esta situación espectacularmente indecente se prolongue. El Gobierno de Ahora Madrid está haciendo uso del Madrid Arena. Hay errores que no son justificables porque se pueden evitar, porque se tienen que evitar. Cuando el sinsentido se adueña de la política no hay abrazos que arreglen después el daño causado. Incluso en el supuesto caso, la doctrina jurídica está dividida, de que el Madrid Arena no necesitara licencias del Ayuntamiento por ser una instalación municipal (tal y como alegó en su día Botella y alega hoy Carmena) es intolerable que se incumplan las medidas de seguridad que se exigen a la esfera privada. Esto tiene que quedar muy claro: el Madrid Arena no cumple con la legalidad en materia de seguridad (así lo determinan muchos informes técnicos). Es una vergüenza, es un peligro. Cualquier dilación sobre el cierre y adaptación del Madrid Arena no es aceptable. Ojalá no haya que llevar este asunto al Pleno. Ojalá Ahora Madrid y el Partido Popular no voten lo mismo.

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