Desde el principio dijimos que el debate se estaba focalizando, mal para nosotros y bien para el Estado, sobre lo que no tocaba: no son las descargas, son las libertades fundamentales, sintetizadas en un futuro en el que la Internet no sea libre y neutra como la conocemos.
Aunque ya hace unas semanas que lo leímos, hasta ahora no nos ha dado tiempo a comentarlo, pero no quería dejar pasar más días. Y es que ahora que ya se tiene el texto aprobado, parece que la nueva Ley de Economía Sostenible entra en conflicto con la LOPD, requiriendo la modificación de varios artículos de esta ley orgánica, incluyendo los que describen delitos contra la privacidad y compensaciones aparejadas.
La Ley Orgánica de Protección de Datos es una ley barroca, con tantas excepciones que la vuelven impracticable, pero la mayoría de problemas en torno a la misma tienen que ver, precisamente, con su complejidad y conque el Estado pueda saltarse todas las restricciones que la ley introduce, siempre en nombre de la seguridad nacional. El objetivo es intentar construir unmonopolio estatal de acceso a la información personal.
Cuando trabajaba con láseres siempre decíamos que el haz tenía que ir paralelo al suelo, porque si no es así, la sucesivas correcciones que hay que introducir para nivelar el camino óptico vuelven el proceso de alineamiento (para dirigir la luz del láser hacia su objetivo) en una tarea imposible. Aquí sucede algo parecido: introduzca usted una ley que pretende crear artificialmente algo y sea incapaz de encauzar el sistema. Y luego parchee y reparchee, del canon y otras subvenciones a un sistema de licencias basura que nos obliga a ser abogados, restándonos tiempo para lo que realmente sabemos y queremos hacer, pasando por despenalizar a toda prisa la invasión de la privacidad ajena. Todo en la búsqueda insaciable de un equilibrio que no ha de llegar.
La única forma de gobernar un haz láser cuando se ha demostrado que la desviación la tiene desde el origen pasa por desmontar todas las piezas y volver a empezar. Aquí no es diferente: si tan sólo nos dejaran desmontar todo lo relativo a la propiedad intelectual, nos iría muchísimo mejor, pero entonces se quedarían sin muñeco de paja que agitar para introducir las reformas que, como la destrucción de la neutralidad de la Red, permitan cabalgar al muerto e ir a una batalla que no podemos ganar y que más nos vale enfrentar en otra parte, en otro campo de batalla en el que tengamosventaja.
FUENTE: www.rebelion.org